87. Cae el sol.

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NARRA MAI

- ¿Listo? - Pregunté inquisitiva

- Si, listo - David me miraba de manera diabólica mientras sostenía tres pares de pequeños dispositivos que encontramos en nuestras maletas...

Ups... sorpresa.

- Falta poco, entonces, tranquilos - Dije mientras Eugenia se tragaba a David, por decirlo de manera SUTIL - No entiendo como le podes hacer eso a Guido...

- Ay Mailen, a veces sos muy ingenua, Guido siente cosas por Ema y es muy obvio... No creo que le moleste que suceda algo entre este bombón y yo...

- Aghhh - Dije mientras me tapaba los ojos - ¿Los rompiste?

- No, sólo los apagué - Dijo David - Sino va a ser muy evidente...

- Tenes razón, en fin... el plan sigue en marcha, yo ya vengo.

Deje a los dos... tortolos en la habitación para dirigirme a la habitación de Ema...

Toque la puerta y las risas se detuvieron, ya sabían que era yo...

- ¡Hola Mai! - Dijo Paula al abrir la puerta muy rápidamente, no parecía odiarme - Pasa, acá está tu galán...

- Gracias primi - Le dije sin culpas

Gastón me abrazo como normalmente lo hace, Ema me sonrió ofreciéndome papas, y Guido y Pato estaban sentados charlando de algún acorde medio raro... iba a extrañar mucho estos momentos.

- ¿Y David? No me ha hablado desde que llegamos - Expresó Ema un poco preocupada

- Eugenia tampoco a mí - Dijo Guido... si supieras rubio...

Si supieras que en realidad es todo tan claro, que las cosas nunca debieron tornarse así, que Eugenia es una hueca sin sentimientos porque no te valora. Ema está cuando puede y quiere, y yo... yo siempre estuve, desde lejos, admirando desde las sombras como lo que era mío terminó siendo de alguien más...

- Eugenia ha estado hablando mucho con algunos representantes. Y David me comentó más de su puesto en traumatología en el hospital, así que de vez en cuando le hacen alguna llamada también...

- Bueno, voy a visitarlo un segundo - Mi prima estaba insistente, y yo no voy a ser quien la pare.

NARRA EMA

- Te acompaño, de todas maneras tengo que hablar con Eugenia - Guido se levantó del sillón palmeando sus piernas, y de pronto estábamos encaminados a una situación inevitable.

Tocamos la puerta, que en realidad estaba entre abierta.

- ¡Pase! - Gritó una voz femenina desde el interior - Ema, que fabulosa sorpresa - Exclamó irónicamente

Luego corrió rápidamente hacia Guido para besarlo sin escrúpulos. Mi sangre hervia, pero tenía que disimular con una sonrisa sutil y amorosa.

- Ema, ¿te pasa algo? Esa cara me da miedo - Rió David. Menos fuerza en la cara Ema, relajada.

- Nooo, es sólo que te extrañe - David me beso suavemente, algo era distinto, pero no supe diferenciarlo.

- Bueno... - Dijo Guido aclarandose la garganta, con un ceño fruncido.

- ¿Vamos a cenar algo? - Dijo Eugenia

- De hecho venía a despedirme, cenamos algo con las chicas... Paula es una mandona - Dijo el rubio para darle un toque de credibilidad cómica

- Si... siempre fue así - Dijo la rubia, tirando su pelo hacia atrás - Bueno bebé, entonces me voy a dormir para estar fresca mañana. ¡No queremos marcas!

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