2

94 4 8
                                    


Días después Asta no podía evitar pensar más seguido en su compañera y en la forma en que había cambiado desde su primer encuentro, dando vueltas en la cama analizaba todo lo que sentía en su interior, la forma en que se comportaba, como su voz cambiaba en ciertos momentos, el color en su rostro, le recordaba a alguien.

- ¿Dejas de moverte? - Habló Nero con su graciosa voz de pájaro.

- Lo siento, Nero. No puedo dormir. - Contestó.

- ¿Por qué?

- ¿Por qué, qué?

- ¿Estás jugando conmigo? - Cuestionó Nero con un tono sombrío - ¿Por qué no puedes dormir?

- ¿También eras una noble no?

- ¿Por qué preguntas eso?

- Los nobles son extraños... La familia de Noelle la ha hecho sentir mal desde que era niña, pero la de Leopold o Mimosa no es igual.

- El hermano mayor de Mimosa es exactamente igual a los hermanos de Noelle, simplemente que su desprecio está dirigido exclusivamente a los plebeyos. Ahora que nombras a Noelle: ¿Estabas pensando en ella?

- No. – Respondió demasiado rápido girando su rostro para que no lo viera, Nero sonrió con picardía aunque su rostro de pájaro no lo expreso.

- Está bien pensar en ella, es tu querida amiga después de todo.

- ¿Estaría bien? Soy huérfano y no tengo magia, comparado a ella soy un: "gusano inmundo"; como dijo en nuestra primera reunión. – Su expresión se entristeció.

- A ella no le importa que seas huérfano, tal vez parezca que sí, pero realmente no lo hace. – Explico con tranquilidad luego decidió que sería buena idea intentar averiguar cuales eran los sentimientos del adolescente – Cuando era niña y mi magia se manifestó mis padres estaban decepcionados, y yo también. Fue solo cuando conocí al Príncipe que mi percepción de mi poder cambio, obtuve más confianza y pude mejorar. – Contó – ¿No te parece eso conocido?

- ¿Conocido? – Preguntó confundido, Nero pellizcó su mejilla por su actitud despistada haciéndolo gritar – Ay, Ay. Noelle mejoró después de unirse a los toros Negros.

- Eres tan denso. – Sé quejó negando con la cabeza – Noelle mejoró gracias al apoyo de todos, pero especialmente por el tuyo ¿No fuiste quién más ha confiado y creído en ella?

- Pero eso hacen los amigos. – Declaró con su usual carácter despreocupado.

- Correcto. – Estaba aburrida así que decidió que era hora de dormir, luego intentaría seguir hablando con él, finalizando dejo unas ultimas palabras antes de volver al silencio – Noelle es como el Príncipe, incluso si parece ruda en el exterior, en el interior es amable, tratando a las personas por quienes son y no por su estatus social, incluso si trata de ocultarlo con su orgullo. Ella realmente te tiene apreció.

- Yo también quiero mucho a Noelle, me gusta la persona que es. – Nero se giró para verlo con un brillo en sus ojos – Es mi mejor amiga.

- A dormir. – Ordenó Nero frustrada de la poca capacidad del chico para comprender sus emociones y darse cuenta de los sentimientos de la adolescente.

- ¿Dónde está, Noelle? – Preguntó al no verla en el desayuno, se había despertado temprano para completar todos los oficios que le correspondía realizar antes de comer.

- El Capitán Nozel la convocó al Palacio Silva. – Informó Finral con una sonrisa – La lleve hace un rato.

- ¿Qué quieren con ella? – Asta estaba alerta no quería que volvieran hacerle daño, pero Vanessa lo distrajo apoyándose sobre su espalda, sintiendo el cuerpo femenino contra el suyo se sonrojo con vergüenza juvenil.

- Parece que la relación con sus hermanos ha mejorado. Espero que no la lastimen. – Murmuro expresando los pensamientos de los demás miembros del escuadrón.

Noelle aterrizó en el frente de la Base con una sonrisa llena de confianza luego de terminar la reunión con sus hermanos había tomado una decisión, antes de que su impulso se desvaneciera entró en la casa buscando a Asta con la mirada, en el camino Finral le comento que había ido a buscarla, pero no la encontró, explicándole por encima lo que pasó se disculpó por el viaje perdido localizando finalmente al chico en el exterior haciendo ejercicio.

- Asta. – Llamó con nerviosismo – ¿Podemos hablar?

- Claro, Noelle. – Poniéndose de pie de un salto le sonrió con su acostumbrada calidez. 

OjalaWhere stories live. Discover now