15. Perros violadores y venganza muajaja

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Cam's POV:

Ya estaba todo planeado, ahora solo teníamos que comprar las cosas.

Agarre unas correas para perros, y puse una sobre Ryan, otra sobre River y otra sobre Sam.

— ¿Que se supone que estás haciendo? —Preguntó Sam.

—Shh, ¿necesitamos dinero para comprar las cosas, o no?

—Pues sí... ¿Pero en qué tiene que ver esto?

—Que voy a sacar a pasear a los perros.

—P-pero...

—Los perros no hablan, ¡calla perro!

Les guiñe un ojo y comenzamos a caminar hacia las casas cercanas del Interships Ladies. Fuimos tocando las puertas donde sabíamos que había mascotas, terminamos con unos 13 perros más o menos.

Y si, ellos seguían con la correa puesta.

— ¡AHHHH! —Escuché gritar a River detrás de mí.

— ¿¡QUE TE PASA, ESTÚPIDO!?

— ¡AHH! ¡ESTE PERRO ME QUIERE VIOLAR! ¡PIENSA QUE SOY UNA PERRA, PIENSA QUE SOY UNA PERRA! —Dijo lloriqueando y entrando en pánico.

—Tal vez no vio tus testículos. —Le dijo Ryan.

— ¡Cállate! ¡EL PERRO ME ESTA VIOLANDO!

Sam estaba luchando por conseguir aire en el piso. Parece que en estas situaciones solo puede reír. Estúpida. Sonreí para mí misma.

— ¡TRATEN DE SACARLO! —Dije algo desesperada.

Sam se paró, y tiró de Ryan hacia atrás, mientras que el tiraba del perro intentando alejarlo de River.

Dos humanos contra un perro violador.

¿Quién ganará?

Obviamente gano el perro.

—Eh... —Saque la foto que tenia de Britany de mi mochila, la cual tenía para la venganza y se la mostré al perro. — ¡Mira perrito! ¡Una perra! ¡Sí! ¡Violala a ella, ella no se quejara!

El perro se alejó de River y fue hacia la foto. Acto seguido se quedó con la foto.

—Soy una genia, bitches.

—Cállate, con Ryan hicimos que el perro se suelte. —Dijo Sam rodando los ojos.

-Seh... ¿Y River?

Miramos hacia el pasto y vimos que se estaba arrancando la parte del pantalón donde el perro hizo sus cosas.

— ¿En serio vas a seguir caminando con medio jean? —Preguntó Sam.

—Sip.

Sonó la alarma que indicaba que ya habían pasado 30 minutos. Fuimos a dejar a los perros y la gente nos daba el dinero. Cuando llegamos a la casa del dueño de Pedro (el perro violador), nos extendió el dinero, miró la pierna al descubierto de River y la foto que se encontraba en la cosa de su mascota.

— ¿Y esa foto? ¿Qué hace mi sobrina ahí?

— ¿S-Su sobrina? —Dijo Ryan.

— ¡MIRA! ¡UN PÁJARO! —Gritó Sam y salimos corriendo.

***

—Bueno, a ver, juntamos. —Conté el dinero. —$150 nos va a alcanzar.

Hicimos un baile da la victoria y ellos se sacaron las correas. Nos dirigimos al local, y una chica nos atendió. Le guiñó un ojo a los gemelos y a nosotras nos miró con desagrado.Se ve que una señora que trabajaba ahí la vio, la regañó y nos atendió ella.

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