¿Qué le pasó a Clarisa?

¿Qué le pasa a Clarisa?

"El mundo suele ser cruel con el nuevo talento, las nuevas creaciones... lo nuevo, necesita amigos."

Anton Ego - Ratatouille

Laura era una chica que acababa de cumplir los dieciséis años. No era muy popular en su instituto, a decir verdad era el tipo de chica que de seguro no voltearías a mirar una segunda vez, ¿por qué? Porque ella se esforzaba en que así fuera. Era asidua a los ropajes holgados, así que podías verla usando playeras muy grandes para su talla o jeans que parecía que se le podían caer de un momento a otro, de hecho se podía asegurar que no se le caían por los gruesos cinturones con los que los acompañaba.

Laura de dieciséis años recién cumplidos, era una estudiante promedio. Sus calificaciones no eran ni las más altas ni las más bajas. Estaba en el medio y se sentía bien con eso, aunque ya varias veces su madre la había alentado a mejorarlas; ella siempre le decía:

—Podrías conseguir una excelente beca universitaria, eso estaría bien, ¿no crees?

Y Laura le asentía, porque a pesar de que sabía que su madre estaba en lo cierto, no era su intención sobresalir demasiado en el instituto. Esta chica también vivía escondida en una enorme sudadera azul marino. No era suya, sino de su hermano, el cual la abandonó en su habitación cuando se cambió de ciudad para ir a estudiar derecho en una muy buena universidad. A decir verdad ella le extrañaba un poco, no era como que ellos fuesen los hermanos más unidos, de hecho peleaban la mayor parte del tiempo, pero existía algo en la partida, como si el hecho de ya no tenerlo cerca influyese en el cariño, porque aunque a veces ella le extrañaba estaba segura de que no necesitarían más de diez minutos para ponerse a pelear si él volvía.

Como fuese, ella estaba intentado sobrellevar su vida. Porque una cosa era cierta, cuando David, su hermano, estaba en el instituto, ella podía caminar por allí con tranquilidad, desapercibida como tanto le gustaba, pero ahora que él no estaba era como si todas aquellas molestas chicas hubiesen reparado en su presencia.

Lisa era la principal. Se la pasaba en el instituto con su pandilla de amigas como si fuese la dueña de todo y Laura sabía que la mencionada estuvo enamorada por mucho tiempo de su hermano. Incluso Laura podía asegurar que la ira que le tenía era por culpa de David. Pues David era el tipo de chico que se hacía desear, era ese tipo de muchacho que le gustaba tener a las niñas detrás de él, además estaba el hecho de que él tenía su propio amor imposible y para él Lisa era solo un consuelo.

Ella sabía que ellos habían salido un par de veces, quizás incluso se hubiesen besado, pero para David, Lisa no era más que solo un poco de diversión, una vez se hubo graduado se fue sin despedirse de sus antiguos compañeros. De hecho a Laura tan solo le dijo.

—Hasta luego, hermanita.

Aunque Lisa nunca había mencionado nada en todas las veces que la hubo atacado, Laura sabía que David ni siquiera se molestó en contactarla. Muchas veces Laura hubiese querido gritarle a Lisa que dejara de ser tan estúpida, que ella no tenía la culpa de que David nunca la hubiese querido; pero eso solo hubiese servido para empeorar las cosas, además, no era fácil defenderse cuando tenias que pelear contra cuatro chicas llenas de maldad.

Así que allí estaba, viendo la fachada del instituto desde la banqueta, observando cómo los estudiantes se bajaban de autobuses, autos deportivos o venían caminado por la banqueta para luego entrar al instituto. Ella no quería pasar, cada vez se hacía más molesto asistir porque siempre estaba esa ansiedad que le apretaba el pecho. «¿Dónde está Lisa? ¿Estará de buen humor hoy? ¿Se acordara que existo? ¿Qué me ha preparado para hoy? ¿Alguien en este cochino lugar me tendera la mano alguna vez?»