No hay vuelta atrás

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Soy un idiota. Un estúpido que no piensa lo que hace. Ayer bebí demasiado. Necesitaba "embellecedores" para seguir el plan de Calderón. Fuimos con Beatriz a un lugar fuera de mi rango y del de mis conocidos. Un lugar oscuro, donde nadie pudiera vernos. Quería esconderme de todo el mundo. Incluso de mí mismo. ¿Qué clase de canalla realmente está dispuesto a hacer esto para salvar a su empresa? Además, no quería que nadie me viera besando a Beatriz, intentando "enamorarla". Me daba vergüenza que me vieran con una mujer como ella. Y por supuesto, si Marcela se enterará o cualquier otra persona lo hiciera eso no iría para nada bien. No sé como fui capaz de besarla. Pero lo hice. La besé. Y la cabeza me duele demasiado... Y la resaca me está matando. Lo curioso es que este beso fue diferente. No podría compararlo con ningún otro primer beso con ninguna otra mujer. Esos que están llenos de fogosidad y efimeridad. Destinados a quemar pero a morir pronto. Este beso fue suave, muy suave. Apenas y toqué sus labios. Sentí su duda y como efímeramente correspondía. Luego se desmayó, ja, curioso, ¿no? ¡Se desmayó! Quería que le confirmará que era real. Y para ser sinceros yo también necesitaba esa confirmación. Estabamos en medio de un bar, yo ya estaba muy borracho y todo parecía muy surreal. Pero por alguna razón quería que me creyera. Sí. Era real. Yo Armando Mendoza estaba besando a Beatriz Pinzón Solano. Creo que fue mucho para ella porque salió corriendo de ahí.

No pude ir tras ella, tenía que pagar la cuenta. Y sinceramente tampoco sabía que le diría o qué haría. Necesitaba sentarme. Ese beso de alguna manera me había movido el mundo. ¿Qué estaba haciendo? Por dios, ¿Qué demonios estaba haciendo? Me sentía culpable, y estúpido. Y me di cuenta de que ya no había vuelta atrás. Ya había dado el primer paso. Ya había sacrificado nuestra relación profesional por un engaño. Por supuesto que aún podía pedirle perdón y decirle que estaba muy borracho y no sabía lo que hacía. Ella lo olvidaría y lo podríamos dejar atrás. Y tal vez ella seguiría a mi lado como si nada, fiel, ayudándome, soportándome. Tal vez eso sea lo mejor. Todo esto es una locura de la cual no puedo y no quiero formar parte. ¿Qué hago? ¿Qué hago? Lo único que viene a mi mente es la sensación de sus labios en los mios. Tan dulce... Muy dulce para una persona como yo. No quiero seguir con esto. No puedo.

Pero tampoco puedo perder mi empresa. No sé que hacer. Mañana cuando la vea probablemente todo se aclare. Calderón tenía razón, ella siente algo por mi. Pude sentirlo en ese beso. Ella siente algo por mi y no quiero jugar con sus sentimientos si sé que no puedo corresponderle. Con Betty no puedo hacer eso. Se ha vuelto muy importante para mi. Mantiene mi empresa lejos de caer en la ruina. No sé en que me he metido... Creo que sea lo que sea que pasé mañana y la decisión que tomé va a seguirme por mucho tiempo.

El diario de Armando MendozaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora