CAPÍTULO 2.

5.7K 489 242
                                    

Grace Austin.

Que Lucas tuviera un hijo me sorprendió, tengo que admitirlo. Pero más me sorprendió que la madre estuviese muerta.

No hemos hablando  mucho en el camino, me siento intimidada y algo caliente. Los pongo en situación, Lucas Henderson es jodidamente caliente, y en serio lo digo.

Solo tuve que poner un pie dentro de la boda para saberlo, ojos grises con un poco de verde que me han vuelto loca las pocas horas que nos hemos mirado. Es alto, mierda, como me prenden los hombres altos, su pelo va de lado de una forma despeinada y color miel.

Siempre he sido una chica que sabe lo que tiene, para donde va y lo más importante quien soy. Por eso no me cohíbo a la hora de hablar con un chico que me atrae, nunca me dicen que no.

Y no se a donde se fue mi puta seguridad en este momento, Lucas conduce y yo siento mi boca seca incapaz de hablar, carajo.

Me enderezo en el asiento y lo miro, vamos, soy Grace Austin.

—¿Y cómo llevas la vida de padre soltero?—Suelto.

Realmente quería decir, ¿Cogemos?

Pero bueno, las cosas del destino nunca son como lo esperas.

—No te miento, es algo difícil.—Suspira pero no me mira.—Yo amo a Ty, y tengo a mis hermanas, mi mejor amigo y mis padres, pero no es lo mismo, al final Ty es mi responsabilidad no la de ellos, el día que me digan que no lo pueden cuidar o algo, me veré muy afectado. Mi carrera me pide viajar mucho  y no siempre puedo llevármelo.

—Se oye algo difícil, ¿No has pensado en una niñera? Son efectivas.—Sugiero.

—Pues sí, lo he pensando pero vivo con mi hermana y ella no es muy amante de extraños.

Asiento.

Siento que no quiere hablar de su vida privada y yo tengo que callarme.

—Háblame de tu Status.—Me dice y por primera vez en minutos me mira. Trago en seco y siento la presión de los nervios acumularse en mi parte baja.—¿Casada? ¿Con novio? ¿Hijos?—Pregunta y yo río.

—Soltera y sin hijos, una vida de soledad a mis 20 años.—Chasqueo mi lengua.—A veces siento que es lo mejor, hoy estoy aquí pero si mi trabajo me pide estar al otro lado del mundo mañana mismo, tengo que estarlo. No soy de un solo lugar, soy del mundo completo y eso siempre me ha traído problemas a la hora de tener una relación.

—Cuéntame más, me intriga ese estilo de vida.

—Bueno, una vez formalicé una relación en Canadá, ya llevaba dos años viviendo en Toronto, creía que ya estaba estable.—Pongo los ojos en blanco al recordar.—«E due giorni dopo, sono stata mandata a Parigi per due mesi e quando sono tornata, mi aveva tradito.»

—Creo que cruzaste idiomas.—Lucas se burla.

—Lo siento, lo siento.—Niego apenada.—Quise decir que, a los dos días me mandaron a Paris por dos meses y cuando volví, él me había engañado.

Alza sus cejas con sorpresa.

—Uh, golpe bajo.

Segundas oportunidades. ("Somos" libro #3)Where stories live. Discover now