• - D I E C I O C H O - •

Start from the beginning
                                        

El rostro de Evelyn parecía algo cansado, pero con una expresión de entusiasmo que se le notaba desde lejos. Me di cuenta lo acelerados que comenzaban a ponerse mis latidos con tan solo observarla, y volví a caer en aquel sentimiento deprimente.
¿Cómo podía doler tanto, aún sin ser nada?
No podía entender cómo una persona podía lograr hacerme sentir tantas cosas a la vez, sin siquiera devolverme la mirada. No lo entendía, y aunque lo quisiera, tampoco sabía como frenarlo. Sin dudas, estaba metido en un pozo profundo, el cual me tendría atrapado durante bastante tiempo sin importar cuán roto podía estar mi corazón.

De pronto, la espalda de Juliana se metió en mi campo de visión, alejándose de nosotros, y sentí inmediatamente un suave golpe de Tadeo en el hombro, indicando que ya era hora de irse.

Eché un suspiro pesado antes de sacar mis ojos de aquella chica, y di media vuelta para comenzar a caminar.

¿Por qué? ¿Por qué lloraba con tanto dolor aquella noche, si no sentía nada por mí? Habían tantas cosas que no me cerraban, que no me dejaban la cabeza en paz, que me inundaban de dudas. Aunque, la peor de todas ellas, era si en verdad pasaba algo o solamente era mi imaginación, queriendo buscar señales dónde no las había para negar que Evelyn realmente no sentía nada por mí.

— ¿Estás bien, Valen? — La voz del Depa me distrajo. Tenía una expresión intrigada, pero al misma tiempo compasiva. — Estás medio perdido.

— S-Si, no sé... — No quería hablar del tema. Tiré el porro al piso para hacerme el boludo y que surgiera otra conversación, pero no me salió.

Tadeo se rió por un momento, y elevé una ceja sin entender la gracia. — Dale, preguntame.

Tragué grueso. — ¿De qué hablas?

— Sabes muy bien de que estoy hablando, y también de lo que hablaba con Juli. — La sonrisa del chico no se borraba, pero yo seguía sin verle lo divertido. — Así que dale, podes preguntarme tranquilo.

Negué rápidamente con la cabeza cuando me percaté de lo que se refería. — No, ya no quiero saber más nada de ella.

La sonrisa de mi amigo se borró, y frunció el ceño. — ¿Por qué no?

Entrecerré mis ojos, juzgando con la mirada la pregunta boluda que acababa de hacerme. — ¿Es en serio?

Depa resopló con algo de fastidio. — Vos no sabes cómo son las cosas, Valen.

— ¿Cómo son? — Pregunté y dudó en contestarme, como si no supiera, o directamente no tuviera nada para decir. — Yo nunca le gusté, Tadeo, ella misma me lo dijo. Fui el único estúpido de los dos que se enamoró.

Llegamos a la esquina en la cual teníamos que separarnos, y mi amigo se limitó a observarme con pena.

— Valentin...

— No. — Interrumpí, harto de todo. — No quiero sermones, no quiero nada.

Estaba cansado de hacerme ilusiones por cualquier cosa. Ya nada que pudieran decirme iba a deshacer el dolor que tenía adentro, ni lo que había pasado entre Evelyn y yo.

Tadeo asintió lentamente, comprendiendo que ya no quería hablar más del tema, y sonrió de costado en forma de despedida.

• c u p i d o ; wos •Where stories live. Discover now