—Estoy buscando un centro de imaginación y necesito una musa para poder pasar el año.

—Es por eso que escogiste a Jungkookie —asintió aún extrañado por aquel apodo—. Bueno, no creo que seas ese tipos de personas que acosan.

—Fue la primera vez que lo vi. Si fuera un acosador, ¿no crees que no me hubiera sorprendido cuando mencionaste su nombre?

—Buen punto.

Al cabo de segundos el teléfono de Taehyung comenzó a vibrar, era una llamada de Jimin. Instantáneamente contestó.

—"Tae, ¿dónde estás?"

—Almorzando, ¿por?

—"¡Entonces apúrate y llega a la clase! El profesor de arte contemporánea nos dijo a última hora que tendríamos clase su en veinte minutos."

—¿Qué...?

—"Haré algo más de tiempo si el profesor llega, ¡así que corre!"

Taehyung terminó de tomar de su té y comer, lo más probable es que después tenga indigestión por no reposar bien. Guardó todos sus materiales y dejó su bandeja en la encimera.

—Vaya, tienes prisa. Creo que debería decirte... ¿nos vemos después? —preguntó dudoso.

—Supongo.

Recogió su patineta y una vez salió la dejó en el suelo para comenzar a andar en su encima. Verificaba la hora de su celular, si sus cuentas no iban mal, llegaría en menos de diez minutos, le sobraría tiempo de más.

Una vez estuvo por la curva observando la universidad de lejos, un chico salió corriendo de un callejón. Tae no pudo detenerse a tiempo y acabó chocando con él, provocándole un intenso dolor en sus brazos al querer suavizar la caída contra el suelo.

El otro chico estaba agonizando porque recibió un fuerte impacto en su estómago con la patineta de Tae, más su peso.

—¡Seok Jin! ¿Estás bien?

Todos atendían al otro chico menos a Tae quien estaba viendo el mismísimo cielo cuando vio todos sus dibujos volar.

—¿Por qué tanto gritos? En vez de atender a Jin, deberían de ver también a aquel chico.

Su voz era reconocible para Tae, era él, repitió su mente.

—Mira nada más esos papeles volar —dijo otro chico mucho más alto que Tae, tenía el cabello color morado suave.

Sin importar el dolor de sus brazos, se levantó y recogió los papeles como si su vida dependiera de eso —que en un sentido su futuro sí depende—.

—¿Son dibujos? —preguntó otro chico más bajo que Tae, este era el único con cabello negro—. Increíble, sí son dibujos bien hechos —le entregó sus dibujos.

Tae agradeció bajito, recogió su bolsa y observó sus brazos, de verdad que estaban lastimados, y le había restado importancia a sus rasguños.

—¿Soy yo?

Sintió como si su corazón se hubiera detenido por segundos. No era que estuviera asustado, para nada, solo que lo más probable es que pensara algo que no es.

—¡Claro que eres tú! —le contestó el chico que había chocado Tae—. De seguro es uno de tus fans acosadores.

—No es así —dijo Tae.

—Ah, ¿no? Entonces, ¿cómo puedes explicar esto? —mostró el borrador.

Podía decirle la verdad, pero la situación era tan vergonzosa que dar una explicación ahora era lo peor que pudiera hacer.

La única opción era evadir el asunto.

—Si quieres un autógrafo, te lo daré.

—¿Qué...? —¿para qué rayos quería su autógrafo?

—No lo niegues, cualquiera al ver a sus ídolos favoritos haría lo mismo que tú hiciste —de su bolsillo sacó un bolígrafo, en una de las esquinas de aquel papel acabó firmándolo sin importarle lo comentarios de Tae—. Listo.

El peliazul no pensaba que las cosas ocurrirían así, nunca se le pasó por su cabeza tener un autógrafo de él, ni siquiera lo quería.

Frunció sus labios. Disgustado por lo que ocurrió, se acercó al de mechas azules y extendió su mano.

—¿Puedes devolvérmelo, por favor? —pidió con amabilidad.

Le dio el tan preciado dibujo de Tae, que ahora, estaba tan arrugado que tendría que volver a hacerlo.

—Parece que tienes un fan muy talentoso, Jungkookie —el de cabellos morados le dió con el codo a Jungkook, no tan fuerte.

—No soy su fan —susurró Tae.

Guardó todos sus dibujos en un cuaderno, después tendría que organizarmuy bien todo. Buscó con su mirada su patineta y fue a recogerla. No estaba de humor, pero tampoco podía amargarse por eso.

Y, sobre todo, sabía que era normal sus reacciones.

Al final Taehyung logró llegar a su clase por poco, justo antes de que mencionaran su nombre. Le agradeció a Jimin por hacer tiempo y de reojo observó el dibujo que tanto apreciaba y la firma.

Una firma rara, pero debía admitir que era bonita.

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