ɪᴛᴀᴅᴏʀɪ ʏᴜᴜᴊɪ (ɪ)

6.8K 512 181
                                    

ᴅᴜᴅᴀꜱ | 疑い

Aquella noche las carcajadas por parte de los dos no cesaban, algo habitual en cada quedada que acordábamos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Aquella noche las carcajadas por parte de los dos no cesaban, algo habitual en cada quedada que acordábamos. Por desgracia, desde que me volví hechicero no he podido ver tanto como antes a mi querida amiga de la infancia, (T/N), así que quería aprovechar todo el tiempo que pudiera a su lado.

La confianza era algo primordial en nuestra amistad. Por ello, no dudé en contarle todo lo sucedido la noche en la que falleció mi abuelo; Sukuna y la escuela de hechicería. Una persona corriente se hubiera reído de mi o me hubiera dicho que estaba loco, pero con (T/N) no fue así. Ella me conoce lo suficiente para saber cuando estoy bromeando y cuando no, y con un tono dulce y agradable a la par que su aspecto me dijo: "A pesar de todo, siempre estaré ahí, Yuuji". La aprecio demasiado.

—¡Nos vemos, Yuuji! —se despedía la peli(t/c/d/p) mientras movía la mano de un lado a otro.

—¡Adiós, (T/N)! ¡Ten cuidado en el trayecto a casa! —me despedí con una sonrisa, hasta que perdí de vista a la chica entre la multitud.

Hoy ha sido un día genial. He podido estar más tiempo con ella y hablar de nuevo sobre nuestras aficiones, en especial de un manga que nos estamos leyendo juntos. Me alegro que su sonrisa siga igual de resplandeciente que siempre.

Cuando llegué a mi habitación, me dejé caer en mi cama de mala gana. Me sentía algo raro. ¿Por qué me siento así si me lo he pasado genial?

Mi pecho dolía, el corazón me latía a mil por hora, y sentía mi cara arder.

—Oye, mocoso. —una voz que, por desgracia, podía reconocer me sacó de mis pensamientos.

—¿Qué quieres ahora, Sukuna? —pregunté con un tono molesto mientras alzaba mi mano para ver la boca y uno de los ojos del rey de las maldiciones.

—Te recuerdo que estoy en tu cuerpo. Tienes las hormonas más alteradas que una montaña rusa. —sus palabras provocaron que me sonrojara aún más de lo que ya estaba.

—¿Y eso a tí que te importa? —

—Realmente, en nada. Pero no hay que ser muy listo para darse cuenta de que te gusta esa humana, al igual que ella siente algo por ti. —

—Sukuna, deja de molestar. Nunca te metes en mis asuntos y ahora de la nada dices esto. ¿Qué planeas? —dije serio.

—¿Tan transparente soy? —se rió. —Escucha, llevo miles de años sin tocar a una mujer, ¿no crees que ya va siento hora? (T/N) no está nada mal. —una ira incontenible recorrió todo mi cuerpo después de escuchar esas palabras.

—¿¡QUÉ!? ¡NI SE TE OCURRA PENSAR EN ELLA DE ESA MANERA! ¡YO SERÉ QUIEN LA TOQUE, NO TÚ! —hice una pausa. —No voy a decirle nada de lo que siento. Podía volver las cosas algo raras y, además, estás tú aquí. Voy a morir en cuanto coma todos tus dedos, no quiero que pase un mal momento cuando me vaya. —respondí en un tono algo más apagado y desanimado.

ᴏɴᴇ-ꜱʜᴏᴛꜱ [ᴊᴜᴊᴜᴛꜱᴜ ᴋᴀɪꜱᴇɴ x ʀᴇᴀᴅᴇʀ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora