꧁Capitulo 9꧂

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Marlena's pov:

— Lo siento, yo nunca quise alejarme.

— Tampoco te obligaron.

Él dejó la terraza y entró a la habitación, se quedó barado en frente mío a una distancia aceptable.

— En nuestro momento no fui lo mejor, ahora que de verdad estás con alguien que al parecer sí vale la pena te extraño más. —aceptó el chico con sus ojos miel rojos por el alcohol.

— Diste lo mejor a tu forma de ser.

— No debía ser a mi forma de ser,—se aclaró la garganta— debí ser lo que para ti significaba lo mejor.
—Para mi tu siempre fuiste lo mejor y mi única opción, nunca hubo intención de que funcionara con otro.

— ¿Y Max? —preguntó confuso

— Él es lo mejor para mí ahora.

— Pero no significa que sea lo que quieres.

— ¿Y qué quiero?

— Es mejor que duermas, —finalizó pasando por mi lado—no me gusta el té, gracias de igual forma.

Me giré viendo como iba a salir del cuarto y me decidí por hablar:

— Te perdono, Enzo.

Él dio una sonrisa de boca cerrada y cuando estuvo a punto de volver a caminar volví a hablar:

— Si quieres puedes dormir aquí, no estás bien.

— Lo mejor para ti y para Max es que me vaya al sofá.—volvió hacia donde estaba y dejó un beso en mi frente— Buenas noches, Marlena.

(...)

Nos encontrábamos en un Club privado que sólo podían entrar famosos o millonarios, una fiesta que estaba haciendo Hamilton y había invitado a sus amigos.

Yo llevaba un vestido rojo largo que era corset hasta la cintura y más abajo caía hasta el suelo, con una abertura en la pierna derecha y unos tacones dorados que se enroscaban en cada pie. Max solo repetía lo linda que me veía desde que salimos de casa. Llevaba el cabello suelto con unas ondas de mar en él.

— Max, iré al tocador un segundo. —comenté susurrando en su oreja para luego dejarle un beso en la mejilla.

— Mar,—elevó un poco la voz para llamarme y los chicos en la mesa le vieron la marca de beso en la mejilla—te acompaño.

— Verstappen, tienes un beso en la mejilla—espetó Enzo un poco serio

Max solo se giró y prefirió ignorar el comentario para no decir que era mío.
Mi novio se posicionó a mí lado y crucé mi brazo en el de él para subir una escalera.

— Estoy nerviosa, Max —murmuré un poco más relajada

— Alonso no puede hacer nada.

— Está aquí, y ellos no saben qué soy tú novia, él puede...

— Marlena, somos dos seres humanos que estaban solteros y se gustaban, ahora son novios en privado, —suspiró y se desató de mí para que pudiera entrar al baño—no ocurre nada malo.

Entré al baño y puse mi bolsa encima de la encimera la abrí y tomé el labial rojo dentro. Me pinté los labios frente al espejo y recordé las palabras de Enzo "Siempre Alonso ¿no? Espero que sepas cuánto dalo te haces al estar con él". Tal vez debía de contarles a los chicos que ya no había nada entre él y yo hace mucho.

— ¿Marlena, hay algo en tus maquillajes que solucione esto? —entró Max al baño y lo miré por el espejo mientras que el hizo lo mismo.

Llevaba un hematoma pequeño al costado del labio inferior. Lo miré sorprendida caminando hasta él.

— ¿Un beso lo soluciona? —preguntó él tomando mi rostro en sus manos.

— Tal vez sí, podemos intentarlo. —reí por lo bajo dando el beso que había pedido.

— Hola, siento interrumpir.

Me separé de Max al ver que la chica que había interrumpido es la novia de Enzo.

— No interrumpes nada —dijo Max mirándola fijamente.

La chica al ver el pequeño pero notorio golpe de Max. Se le acercó y tocó el labio del chico.

A lo que Max reaccionó rápido aguantando la mano de ella y dando unos pasos hacia atrás.

— Tú debes ser Marlena ¿no? —preguntó ella con una pequeña sonrisa de boca cerrada

— ¿Y tú eres? —respondí seria asintiendo.

— Patricia la novia de Enzo.

Tomé mi bolso en la encimera, luego la mano de Max y salimos del baño bajo la mirada de la pelinegra.

— Creo que te molestó verla aquí

— ¿Por qué intentó tocarte? ¿La conoces? ¿Quién se cree? —pregunté indignada con una pregunta sobre otra

— No lo sé, no, no lo sé.—trató de responder todas mis preguntas—¿Estás celosa?

— ¿Si así fuera hay problema?

— Claro que no, eres mi novia. —enunció tomando mi mano para besarla.

Si él supiera, que estás celosa pero no de él.

Cállate.

—Bueno, sigamos —caminé junto al neerlandés a nuestra mesa donde nos volvimos a sentar.

Todos se centraron en Max que llevaba su nueva adquisición magistral en el labio.

— ¿Qué te ocurrió? —preguntó Elliot curioso

— Espero que haya sido ella —murmuró Mariana a Lando y a Enzo por lo que rieron

— Es Alonso, está aquí —afirmó Max mirando a lo lejos donde se encontraba Patricia.

— ¿Tu ex novio? —cuestionó Enzo acomodandose en su asiento— ¿Por qué él golpearía a Max?

— Por la misma razón que lo harías tú.—finalizó Max desafiante.

— Max... —avisé y advertí con la mirada.

— Primera vez Alonso hace algo que vale la pena.—Mariana mentó haciendo que Lando y Enzo vuelven a reir, mientras que Elliot no captaba el comentario.

— Realmente valió que tuvieras a ese imbécil de novio. —rió Lilith mientras lo comentaba

— No lo sé, pero si lo merecías, Max, por idiota.—dijo Lando fomentando el comentario de su novia pero él lo dijo en broma no como los demás.

Max guió su vista a mi prima se podría decir que molesto y casi hasta frustrado.

— Con mi hermana no, Verstappen. —finalizó Elliot con su mirada en el piloto de Ferrari.

— Hola a todos.—saludó Pierre triunfante llegando a la mesa—¿Me puedo llevar a la linda chica caribeña?—preguntó mirando a Lilith.

— Esperé tanto para que me sacaras de aquí. —se apresuró mi amiga en levantarse mientras Elliot que la miraba confundido.

— ¿Ustedes se conocen? —preguntó mi primo confundido

— Sí, hace bastante.

— Sí, hace bastante

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El Amor En La Última VueltaWhere stories live. Discover now