꧁Capitulo 5꧂

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Elliot's POV:

Me incliné hacia adelante, mi expresión burlona iluminando mi rostro.

— Vamos, Marlena. No puedes decirme que no estabas hablando de Enzo.

Comenzó a sonrojarse al escuchar su nombre. Aún estaba procesando lo que había sucedido, y la idea de que yo pudiera estar al tanto la llenaba de una mezcla de vergüenza y nerviosismo.

— No sé de qué hablas —dijo, tratando de sonar convincente mientras se acomodaba el cabello detrás de la oreja.

Arqué una ceja, claramente no convencido.

— Claro que sí. Estabas murmurando su nombre como si fuera un mantra o algo así. ¿Qué está pasando entre ustedes dos?

Se quedó en silencio.

— Solo es complicado —respondió finalmente, sintiendo que era lo más seguro que podía decir.

Me reí nuevamente, pero esta vez mi risa era más suave, casi comprensiva.

— Complicado es un eufemismo. Pero si necesitas hablar, ya sabes que estoy aquí para escucharte.

Me sonrió agradecida, pero antes de que pudiera responder, el aroma del café recién hecho llegó a mis fosas nasales, y mi estómago rugió en respuesta.

— Creo que es hora de desayunar —dije, cambiando de tema mientras me levantaba de la cama.

Al salir de la habitación, me di cuenta de que Marlena me seguía. Bajamos las escaleras y entramos en la cocina, donde el sol brillaba intensamente a través de las ventanas. La mesa estaba puesta con platos y tazas, pero lo que realmente llamó mi atención fue la figura familiar sentada al otro lado de la mesa: Enzo.

Él levantó la vista al escuchar nuestros pasos y una sonrisa se dibujó en su rostro al ver a mi prima algo que me llenó de curiosidad.

Quería saber que había ocurrido.

— Buenos días, Marlena —dijo con su voz profunda

— Buenos días —respondí, tratando de mantener mi compostura y no preguntar que había pasado porque me estaba comiendo las ansias de saber mientras me sentaba en la mesa, justo enfrente de él.

Marlena se acomodó al lado mío y comenzó a servirse café mientras lanzaba miradas a Enzo. La tensión en el aire era palpable; ambos sabían que algo había cambiado entre nosotros, pero no sabíam cómo abordarlo frente a mi.

— ¿Dormiste bien? —preguntó Enzo, su mirada fija en ella mientras tomaba un sorbo de su café.

Asentió lentamente.

— Sí...

— Aunque tuvo un sueño raro —dije, sintiendo que necesitaba mencionar algo para romper el hielo entre esos dos.

Me incliné hacia adelante, claramente interesado en sus respuestas.

— ¿De qué se trataba?

Enzo sonrió levemente, como si supiera exactamente a qué me refería.

— No puedo recordarlo del todo —respondió evasivamente

Enzo me miró creyendo que ella escondía algo y yo sabía.

— Solo sé que estaba murmurando tu nombre... Enzo.

La reacción de Enzo fue instantánea; sus ojos se abrieron como platos y luego se volvió hacia Marlena con una sonrisa burlona.

— ¿Bajó tu fiebre?  —dijo mientras se servía más café.

Enzo se limitó a afirmar con la cabeza y a reírse suavemente, pero podía ver la chispa en sus ojos.

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