- vidilla de dedos ajenos digo- aclaró la rubia de pelo largo

El teléfono de Sabela interrumpió la conversación.

- es mi prima, debo contestar -salió del lugar, que tenía música un poco más fuerte de la adecuada para una llamada telefónica.

Alba comenzó a prestar atención a la música cuando una voz que le sonaba de algo comenzó a cantar. Resonaba por todo el lugar por los amplificadores, pero el sonido venía del escenario.

- oye, lo siento -sé apresuró a decir su amiga. Tú a tu tiempo con lo de salir con gente, tía... no quiero que sientas que...

Llevó su vista hacia dicho lugar. Todo fue en cámara lenta; La morena, de pelo corto, a la que estaba acostumbrada ver repleta de aceite para autos, estaba sobre le escenario, con unos pantalones blancos a juego con la chaqueta, y su pelo estaba peinado hacia arriba. Parecía una estrella.

- esta bien mari -dijo aún sin haberle prestado atención a la mitad de su discurso de disculpa. No por enfado, pero había algo (o alguien) que estaba ocupando toda su atención.

Y es que no se lo creía... Nadie diría que podría aparecer frente a su portal, sudada y sucia a pedir usar la ducha.

Un escalofrío recorrió su cuerpo cuando susurró cerca del micrófono

"don't you ask"

- ¿Que ha pasado? -María había visto a Sabela entrar.

- mi prima se ha puesto de Parto. Tengo que irme.- dijo sacando di ero de su cartera.

- joder, que inoportuna la cría... no hay problema, tía.

- tranquila, Sab. Nosotras nos encargamos- se negó a aceptar el dinero que Sabela dejó en la mesa. Sabela era la persona responsable y con auto que se suponía, las llevaría a casa de la vuelta.

- nada de tranquila. Os pedís un coche de estos que se piden por el móvil y me llamáis cuando estéis en casa. Me voy y no hay discusión, que tengo una prima parturienta.- besó su mano y dio un golpecito en las cabezas de las rubias, como si el beso se pasara de su mano a ellas.

- muchas gracias por escucharme- otra vez la voz de Natalia.
- esta es la última, es una cover de C. Tangana. Espero que la disfrutéis.

Comenzo a tocar la guitarra, su voz era tan suave y a pesar de que no estaba viéndola, Alba sentía que estaba cantando solo para ella. Que solo ella estaba viéndola.

No había oído esa camcion en su vida, pero estaba segura de que, aunque fuera preciosa, jamás se compararía a aquella versión de la chica.

- ¿tu qué crees...? ¿Alba? ¡Alba!

- ¡Ay! ¡Mari, tía!

- ¿no me has prestado nada de atención?- preguntó. Acto seguido, se fijó en la causante de su distracción.

- aahhh, vale, ya he entendido- dijo mirando a Natalia.

- ¿qué? No, no es lo qué cres yo...

- ¡Alba!- Natalia apareció detrás de ambas, habiendo vajado del pequeño escenario.

- hola Natalia.- dijo rápida y nerviosamente.

- hola... Natalia- maría saludó con una sonrisa de quien tiene algo entre manos.
- Soy María, Amiga de Alba. Alba me ha hablado de ti- giñó un ojo.

- encantada... sí soy la nueva vecina de Alba.

- Hala, ¿qué ya se ha muerto Ornella?

- ¡María! No, claro que no.

nómada Where stories live. Discover now