PRIMERA PARTE - :1:

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N/A: Dulce Destino sólo está en Wattpad hasta el capítulo 10. La consigues completa en Amazon o Buenovela.


Iniciamos al fin Dulce Destino.

Este libro tiene una particularidad entre mis historias que quiero señalar: Está dividido en dos partes. Dos partes, que no dos libros.

En la primera parte, se contará todo el pasado de Daniel Santos y Diana Alcázar hasta llegar a donde lo dejamos en Dulce Renuncia. Y en la segunda parte, de allí en adelante. La historia amerita retroceder un poco para conocer los orígenes de cada uno. Recuerden que hay muchos misterios sin resolver.

Y sin más cháchara, a empezar! Espero disfruten leyéndola, así como yo he disfrutado escribiéndola. Besos y abrazos!

:1:

30 años atrás

Sandra Santos sólo tenía diecinueve años cuando traspasó la frontera.

Una amiga de su abuela materna la había contactado cuando se enteró de que ésta última estaba gravemente enferma, así que le había propuesto irse con ella a trabajar a Estados Unidos luego de que le fallara.

Sandra así lo había hecho, pero el trabajo que ella esperó era totalmente diferente a éste que le proponían. La amiga de su abuela quería hacerla una prostituta.

Qué podía hacer? No era capaz siquiera de imaginarse usando esos vestidos tan descarados y llamativos para apostarse en las calles y atraer y seducir clientes, mucho menos se imaginaba desnuda y permitiendo que hombres desconocidos pasearan sus ávidas manos por todo su cuerpo, que entre otras cosas, nunca había sido visto desnudo por ningún hombre.

Era una chica de pueblo, una muy inocente, aunque no demasiado ingenua. Y era bonita.

Ser bonita se convirtió en su cruz.

Con el poco dinero que traía fue capaz de pagar una semana de alquiler en una pensión donde había disponible una diminuta habitación. La anciana que lo dirigía parecía bastante estricta, pero también considerada ante el infortunio de esta chica.

Qué podía hacer una joven sin estudios, que no hablaba bien el idioma, y sin dinero? Volver a su tierra ya no era una opción, no sólo carecía de medios, sino que, a qué volver? Nadie la esperaba allá, ni familia ni amigos; se había despedido de todos con la esperanza de empezar una nueva vida aquí.

Aparte de prostituirse, no tenía otra alternativa: ser la sirvienta de alguna casa de ricos. Pero las señoras de esas casas le echaban una mirada y la descartaban. Demasiado bonita, demasiado llamativa. Su trasero invitaría al señor de la casa, o a los señoritos de la casa, a ofrecerle atenciones que ellas no querían.

Sin embargo, la acuciante necesidad de encontrar un empleo y empezar pronto a ganar dinero la impulsó a no rendirse. No tenía alternativas, y esa tarde recogió el diario que un sin-techo sacó del caneco de la basura de un parque para mirar las ofertas de empleo. Curiosamente, había una oferta que estaba subrayada, como si alguien antes la hubiese tachado. Era para trabajar en la limpieza de una casa que, imaginó, no estaba cerca de los barrios que últimamente había frecuentado.

New Jersey tenía barrios realmente elegantes, casas enormes con jardines inmensos y que necesitarían mucho personal para mantenerse limpias.

Dobló el periódico y lo puso bajo su brazo, y en su escaso inglés, preguntó cómo llegar a la dirección. La mujer del puesto de revistas que le explicó le dijo que a esos sitios no entraban los autobuses, pero que había uno que la dejaría a una distancia caminable.

Dulce Destino - (Saga Dulce No. 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora