—Sí, pero ¿Cómo podía contarte eso? Debía callar y soportar o ella me denunciaría y eso sería fatal, iría a la cárcel y ya sabes... —Xiao Zhan acarició el pecho de Yibo y éste sonrió suspirando—. Ahora el rubio Wen Han, es cierto, es prostituto. Cuando tú no querías saber nada de mí lo busqué...

—Eres un cerdo Yibo... —susurró.

—Lo sé, pero no pasó nada, no pude, o sea, por más que me lo propuse no pude. Le compré ropa, lo traté bien pero aun así no lograba gustarme.

—Pero lo besaste, tú me dijiste.

—Sí, nos besamos, pero casi era como amigos.

—¡Eso no es de amigos! —hablo removiéndose.

—Déjame terminar —pidió acariciando la espalda de Xiao Zhan el cual se relajó—. Wen Han no puede compararse contigo, precioso. —Xiao Zhan suspiró, no sabía si creerle o no—. Y ahora, lo de la enfermera, encontré una chica en el hospital con la cual pasé algunos meses follando casi a diario en mi juventud.

—Yibo... —reclamo incómodo.

—Era solo sexo, es más, no recuerdo de ella nada más que su cuerpo, era lo único que me gustaba.

—Ya para...

—Terminé. Eso era todo lo que quería decirte. —Xiao Zhan se quedó en silencio pensando en todo eso.

—¿Puedo hablar? —preguntó Xiao Zhan en un susurro.

—Es lo que más quiero —dijo Yibo asombrando a Xiao Zhan con esa extraña amabilidad.

Se quedó pensando por un momento en cómo explicarle todo lo que sentía... tomo un gran suspiro, comenzó.

—Se que piensas que entre Goa Wei y yo tuvimos algo, pero Yibo... no hubo nada sexual entre nosotros, si nos besamos o mas bien, fue él quien me beso, pero por mi parte no sentí nada, yo lo rechace y le dije que no podía corresponder a sus sentimientos porque solo puedo verlo como un amigo.— Dijo Xiao Zhan sintiendo como el cuerpo de Yibo se tensaba bajo su brazo, y fue turno de él sobar su espalda para tranquilizarlo y asi lo hizo — Yibo tienes que entender una cosa.. tu eres el primero en mí, el primer de quien me enamoro de verdad, el primer hombre que me ha besado y perseguido por toda la casa de los jefes acosándome, el primero a quien le he hecho dormir en mi habitación, el primero quien me ha besado en lugares que se supone nadie debe besar, el primero en quien pienso en la mañana y antes de dormir... a pesar de todo, el primero que me ha hecho el amor y el primero a quien amo. —Hizo una pausa para inspirar aire y Yibo besó la parte superior de su cabeza embobado de haber escuchado lo que tanto quería en días...

—Xiao Zhan... —susurró con voz grave besando otra vez su cabeza.

—Yo no quiero que haya otros más. Te necesito, Yibo, te quiero, te amo, pero sufro contigo. —Yibo tragó saliva—. Cada cosa que haces me desconcierta, me hace dudar, ¿por qué quererme a mí? Un simple niñero pobre, chico inexperto en la cama, nada bonito a comparación de ese rubio ángel. Tú siempre tendrás alrededor gente hermosa con quien saciarte, ¿por qué preferirme a mí? Me creas temor y tengo miedo. —Ahora Yibo conocía su temor, Xiao Zhan temía a su naturaleza inestable de satisfacción. Él no podía negar que pensaba en sexo muy seguido, que añoraba muchas veces el Yibo que era antes, pero había caído en Xiao Zhan.

—No sé —contestó frío y Xiao Zhan sintió que le dolía el pecho, como una pequeña desilusión—. Pero algo sí sé... —Hizo una pausa y acarició la espalda del pelinegro—. Tú dices que soy el primero en todo eso que mencionaste, no creas que tú no seas el primero para mí. —Las caricias subieron hacia su mejilla—. Eres el primer en esto y lo que creas esta todo aquí... —dijo con pequeña voz, colocando la mano de Xiao Zhan en su corazón—. En esto que no puedo explicar con palabras—. Yibo calló por un momento, pero Xiao Zhan no podía decir nada. Estaba anonadado y se sentía como flotar en una nube esponjosa y relajante—. Supongo que es lo que no deseo admitir... el maldito cupido y esas mierdas. —Xiao Zhan rio, no podía pedir más de Yibo, no era de expresar lo que sentía, pero al parecer sentía algo—. Te amo. —dijo en otro pequeño susurro.

BABYSITTERWhere stories live. Discover now