Capítulo 6 | Maneras erróneas de demostrar amor

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—Pues ni modo. Este será.

Se quitó el vestido que tenía y se puso el nuevo lo más rápido que pudo. Nairi le ayudó a acomodar la espalda, que se le había arrugado y atorado. Después, sacó un velo del baúl y se lo comenzó a asegurar con pasadores.

—¿Te pondrás un velo?

—Ajá.

—Pensé que en Weslia no los usabas.

—En realidad no, pero mientras más tradicional, mejor. No es necesario que empecemos a alterarlo en cuanto llegue.

Julius tocó a la puerta en ese momento y la abrió en cuanto Mabel le gritó que pasara.

—Tu padre llegó.

Mabel se quedó pasmada, congelada en medio de la habitación, con el velo a medio poner. Sus dedos parecieron cobrar vida y moverse más rápido que la luz para terminar de sujetar la tela a su cabeza antes de salir corriendo de ahí.

—¿Estará bien? —preguntó Nairi.

Julius se encogió de hombros.

—Espero que sí. Tienen una relación tensa, quizá más de lo que Mabel recuerda, pero bueno, le dejé a Isa, a ver si eso lo ablanda un poco —dijo Julius con una mueca.

—Su padre me da miedo, y aún no lo conozco.

—Su padre me da miedo, y sí lo conozco —dijo Julius y soltó una carcajada que Nairi no compartió. Ya no quería estar ahí para el reencuentro familiar. No, gracias—. Por cierto, quería hablar contigo.

—Adelante, dime. —Toda la sangre se heló en sus venas y recorrió su cuerpo mucho más lento. Nunca era bueno hablar.

—Marie me pidió que te dijera que eres horrible por alejarte de Aurora. Dice que ha estado pasando demasiado tiempo con James.

—¿Su medio primo?

— Sí. No le parece gustar nada la idea, dice que James no le da buena vibra, algo así —dijo Julius—. Y que la única razón por al que lo hace es porque tú la abandonaste.

—Mabel necesitaba mi ayuda.

—Ambos sabemos que no es la única razón, ¿verdad? Aurora también te necesita. Está entrando en una nueva etapa de su vida, es difícil.

—Tú también deberías de tener más tiempo con ella, de estar para ella —escupió Nairi—. No soy la única que la ha dejado sola. Marie parece ser más prioridad ahora mismo, ¿no?

—Oh, por favor. Estoy a cargo de el funcionamiento de todo el castillo, todos los días. Si no he estado para ella todo el tiempo, ha sido porque estoy ocupado. Tú tienes muchas menos responsabilidades. Y respecto a Marie, no tienes ni idea de lo que hablas. También es mi amiga, pero ni siquiera es que estamos pasando tiempo juntos porque nos encante, es por algo más importante —espetó Julius—. Tú eres la que la descuidas porque quieres.

—Es más seguro así. Con el Consejo y los achichincles de Humberto aquí, es mejor no interactuar demasiado. ¿Te imaginas lo que pasaría si se enteran? No quiero ni pensarlo. Podríamos poner en peligro la reputación de Aurora, podríamos estar poniendo en peligro mi propia vida. No quiero pasar a la historia de este mundo como la que pervirtió a la reina, muchas gracias.

Julius se dejó caer en la cama con un largo suspiro.

—Lamento mucho que se vean en esta situación, de verdad que sí. No deberían de preocuparse de esas tonterías, no cuando ninguna está casada. Pero ese no es el punto, el punto es que no le estás dando a Aurora suficiente crédito. No es ninguna tonta, ella sabrá ser discreta, no las pondrá en peligro.

La reina durmiente: el legado © [TERMINADA]Where stories live. Discover now