Parte 1 Comenzar de nuevo

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Busco entre mis cosas el último estudio de mercado, mi jefe el señor Moore me los pidió hace una hora y yo sigo si poder encontrarlos, busco en una carpeta y ¡Bingo!.. los encuentro gracias a Dios.

Voy directamente hacia la oficina de mi jefe, un hombre muy afable y con alma generosa, es una pena que se vaya a retirar.

Toco a la puerta.

—Adelante —dice una voz masculina que no reconozco. Entro si saber con quién me voy a encontrar.

—Perdón ¿No está, el señor Moore?—digo seria. 

El hombre que tengo delante de mi, esta de espalda (Su espalda es ancha, muy ancha).

—No, no está ¿Necesita algo?—dice y se da la vuelta, me clava sus ojos verdes intensos y me recorre el cuerpo de hito a hito...¡Que hermosos ojos por favor! Ver aquellos hermosos ojos, me atontan un poco.

—Solo quería dejarle estos papeles—digo aturdida y me inclino sobre el escritorio.

Pienso en irme, pero antes de hacer pregunto:

—¿Quién es usted?—.

Esta vestido formal como para ser un abogado o alguien que viene hacer negocios con el señor Moore, pero este está sentando en la silla de él ¡Que raro! ¡Que falta de respeto! Esta sería una conducta inadmisible para el señor.

—¿Te importa?— dice alzando las cejas y agrega:—El que tiene que hacer las preguntas aquí, soy yo, no usted señorita.

Lo fulmino con la mirada.

—¿Quien se cree usted para hablarme así?—Estoy hecha una furia, aunque hacerme enervar a mí es tarea sencilla.

En su cara se dibuja una media sonrisa con tintes de maldad.Estos  entrajetados con buena pinta, siempre vienen con soberbia y arrogancia incluida.

— ¿Y que se cree usted?— dice con un ego más grande que  la cúpula del Vaticano. Detesto ampliamente a éste tipo de personas. 

—Una persona—digo levantando el tono de voz. Tendría que callarme y matarlo con la indiferencia, pero... ya estoy en en el juego.

Me mira, me observa detenidamente cada movimiento y me analiza con si fuera una pieza de ajedrez, esto me incomoda, al final contesta con prepotencia:

—Nada importante entonces.

¡Maldito egocéntrico! pienso. Esa desvalorización hacía mi persona, me saca de mis cabales.

—Y usted que se cree que es...¿No es una persona por si acaso? — digo con ironía. 

Me mira y explota en una maldita carcajada, me da ganas darle una merecida bofetada, pero respiro unas cuantas veces.

Inhalo, lo mato, exhalo, imbécil.

Me doy media vuelta para irme esta situación ya es detestable, pero el habla:

— ¡Espera! ¿Donde crees que vas?

Este imbécil se quiere seguir burlando de mí, eso si que no.

Me giro y le clavo los ojos llenos de desprecio y contesto con la mayor soberbia y vanidad posible.

—¿Te importa?— respondo de la misma manera que el lo hizo antes.

Salgo rápidamente dejándolo con las palabras en la boca.

Voy directamente hasta el escritorio de la secretaria del señor Moore.

—Sofia — digo su nombre en forma de saludo —¿Quien es ese tipo que esta en la oficina de señor Moore?—le pregunto.

  Ella abre bien grande sus ojos y me dice con una sonrisita tonta y coqueta.  

— Es nuestro nuevo jefe, el hijo del señor Moore— y ríe nuevamente como una tonta. Pero la verdadera tonta aquí soy yo.

¡Ohh por Dios!, ¿¡Que he hecho!?

Estoy despedida definitivamente.

Tonta, tonta .

Me dirijo aturdida a mi escritorio.

Y comienzo a pensar porque tuve que comportarme como una completa maleducada. Listo he perdido mi trabajo y a demás lo necesito tanto ¡Carajo! Tendría que aprender a cerrar mi bocaza, siempre me traigo problemas culpa de ser boca suelta.

Aunque muy dentro de mi sigo creyendo que lo que hice estuvo bien, fue culpa de ese completo imbécil que me comportará de tal manera.

Me provocas, yo reacciono. Siempre fui de ese tipo de personas.

—Melody, ¿que te  sucede?— dice Sofia sorprendiéndome, la miro y niego con la cabeza.

—Me duele la cabeza Sofi, no es nada...¿Que sucede?— digo cabizbaja.

—El señor Moore te solicita en su despacho- dice, y yo entro en pánico.

Alguien llame a la ambulancia, persona a punto de ser despedida entra en coma. Este sería un buen título para el diario.

¡Ohhh no este es mi fin!

—Acaso no había salido— largo nerviosa.

—Recién llego, dice que vayas de inmediato— me informa Sofi y se va notando mi mal humor.

¡Es mi fin! Comienzo a temblar.

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¡Ese es mi Jefe! (Wattys2015)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora