Regando la tierra #21

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Así como la lluvia y la nieve
descienden del cielo,
y no vuelven allá sin regar antes la tierra
y hacerla fecundar y germinar
para que dé semilla al que siembra
y pan al que come,
así es también la palabra que sale de mi boca:
No volverá a mí vacía,
sino que hará lo que yo deseo
y cumplirá con mis propósitos.

Isaías 55:10-11

Muchas veces me encontre reduciendo la palabra de Dios a un bien dispensable, a algo que no necesariamente necesito para vivir y crecer. Pero me impacto volver a leer nuevamente este pasaje, y particularmente el versículo 10. Así como el agua que cae del cielo hace que las cosas crezcan físicamente, como las plantas y todo tipo de vegetación, así también es la Palabra de Dios que una vez que entra en nosotros, nos hace crecer espiritualmente, y del cual él puede hacer lo que quiera, tocar el área que quiera, exhortarnos, darnos aliento, mostrarnos nuestra condición actual, revelarse como él es, darnos la respuesta a algo que estamos necesitando, y tanto más. Con su Palabra hará lo que él quiera, y cumplirá el propósito que él quiere.

¿Cuál es este propósito?

"Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, 17 a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra." 2 Timoteo3:16-17

Estar enteramente capacitado para toda buena obra. La escritura no solo nos transforma como personas, sino que nos prepara para las obras que Dios tiene preparado para cada uno.

Esta no es una reflexion reveladora, ni nada nuevo, pero esta bueno volver a recordar la importancia y la relevancia que deben tener las escrituras para nuestras vidas. Lo importante que debe ser leerlas, estudiarlas, meditar en ellas, y pedirle al Espiritu Santo que nos ilumine al buscar de ellas.

Si te cuesta leerla, como tambien me costo a mi por mucho tiempo, un primer paso es pedirle al Señor que ponga hambre y sed de su palabra en tu corazón. También ayuda mucho encontrar una persona o un grupo con quien leerla y con quien estudiarla. No nos quedemos en un "no puedo", busquemos una solución.

"Recita siempre el libro de la ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito." Josué 1:8


Dios te bendiga.

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