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Miguel, un jóven prodigio musical emprenderá un viaje a San Fransokio para dar comienzo a su vida...
Después de pasar lo que les quedaba de la tarde y parte de la noche desempacando su equipaje, (más de Marco que de Miguel) ambos chicos cenaron una pizza y fueron directo a descansar a sus cuartos, o eso parecía.
Marco estuvo recostado un par de horas, por más que intentó no lograba conciliar el sueño, se levantó de su cama y se asomó al cuarto de Miguel donde dormía plácidamente, seguramente se durmió al instante, tomó las llaves del departamento, se cambió de ropa a una camisa azul, unos pantalones negros ajustados y unos botines con un ligero tacón, no sin antes colocarse sus lentes oscuros para completar su outfit, estaba decidido a pasarla bien en la gran ciudad.
Recorrió las calles de San Fransokio, siendo iluminado por letreros neón de diferentes establecimientos, ya sea porque abrían las veinticuatro horas o solo abrían de noche, hasta que algo llamó su atención y se acercó, por dónde lo vieras parecía un antro, la música estaba a todo lo que daba y parecía tener una gran iluminación, pero lo que más le interesó fué la presencia de la bandera LGTB+ en las afueras del lugar, en México hubiera sido todo un escándalo un establecimiento de ese tipo, además de ser la mira del próximo tiroteo, pero esto era San Fransokio, un lugar que si bien no se libra de la homofobia, eran mucho más aceptados que en otros lugares, y esa bandera lo demostraba, así que lleno de curiosidad y aburrimiento por seguir caminando sin rumbo entró al lugar, caminó hasta llegar a la barra y pidió un shot de tequila
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Ya llevaba un par de tragos, el alcohol comenzaba a hacerle algo de efecto, sumándole la botella que bebió en el avión, y pese a que era de noche nunca se quitó las gafas oscuras, un par de personas intentaron coquetear con él, pero simplemente no eran su tipo y los rechazó como de costumbre, comenzaba a aburrirse un poco, pero vió como un chico entraba al lugar, usaba chaqueta de cuero, una camiseta, pantalones rasgados de las rodillas y unas botas estilo militar, tenía la pinta de todo un chico malo, además de que su cuerpo demostraba una excelente condición física y tenía un rostro realmente atractivo y algo serio, perfecto para una pequeña aventura, y parece que era su día de suerte, pues se sentó a su lado en la barra y pidió una cerveza que le sirvieron de inmediato
Marco confiaba por completo en su propio atractivo físico, desde hace tiempo había tenido diferentes experiencias tanto buenas como malas, dándose cuenta de que con un poco de coqueteo es capaz de ligarse a quien quisiera, incluso después se reconocer su amor hacia Miguel, le servía a modo de distracción de su amor platónico hacia Rivera, y ahora qué vivirían juntos no le vendría mal pasar la noche con un chico tan atractivo como el que ahora tiene a su lado, tomó su tequila y se acercó invadiendo de inmediato el espacio personal del otro – ¿Estás perdido gatito? –
– ¿Acaso te parezco perdido? –
– bueno, te ves bastante masculino como para estar en un ambiente al estilo "reina del pop" como este – bromeó un poco, y en parte era cierto, no todo el tiempo puedes ver a alguien con su perfil en ese tipo de lugares
