—Si, digo no—sacudo la cabeza—estoy bien.

—Está bien, puedes ir, yo esperaré aquí por si algo sucede, ve tranquila.

—No—levanto la voz—estoy bien gracias, puedes tomar asiento le avisaré a Pitt que estás aquí y...

—No—alza su voz dejando la mía atrás —no lo hagas, es una sorpresa no lo olvides ¿y a acabas de decir Pitt?—frunce el ceño.

Despierta Vanessa, no seas estúpida, ¿Qué creías? Sabias que este hombre no podia estar solo.

—Él me pidió llamarle así.—comentó sin pensar.

¿Qué? ¿Por qué le dices eso? ¿a caso eres bruta o qué?

—Oh, me sorprende—me da una sonrisa forzada—él siempre suele ser tan rígido en todo.

—¿Por qué?

—Nada, esperaré aquí hasta que acabe.

—De acuerdo.

Pongo la mirada sobre el teclado y todas las letras parecen dar vueltas, levanto la mirada y la veo estar parada al lado de la puerta, esa chica es hermosa, y es su novia, novia no, su prometida, se va a casar, ese hijo de puta se va a casar y ha estado follando conmigo como si nada.

Y yo de estúpida he estado siguiéndole el juego sin hacerme las preguntas correctas.

Siento que me falta el aire.

¿Por qué? ¿Qué es esta presión que siento sobre el pecho? si está comprometido bien, eso no tiene nada que ver conmigo, ni tiene porque afectarme, no es como que hubiéramos puesto condiciones o nada por el estilo, no es como que me deba alguna explicación.

Aunque al menos pudo haberme contado que se iba a casar, y con esa diosa, es que simplemente es hermosa, no hay manera de negarlo.

Ahora repentinamente me siento mal y avergonzada.

Me levanto y abro la puerta para ver como va Pitt y su reunión virtual.

—¿Cómo me veo? —se acerca la rubia y me pregunta.

—Grandiosa—murmuro sosteniendo la manija de la puerta—luces grandiosa no te preocupes.

—Gracias—sostiene un mechón de mi cabello observándolo—estoy algo nerviosa—su dedo juega con mi pelo—hace mucho no lo veo.—se peina su cabello.

—Puedes pasar—abro la puerta viendo a Pitt.

Al la chica pasar él se levanta de su asiento y me da una mirada. Noto la sorpresa en su rostro al ver la rubia dirigirse hacía él con los brazos abiertos, ella está contenta de su reencuentro pero él no luce feliz.

Ahora empiezo a ver cosas, claro que está feliz, se va a casar con ella.

—Creí que te vería en el aeropuerto junto con Lisa—espeta la chica dándole un beso y yo me quedo como babosa observando la escena mientras mis pies no reaccionan.

—Discúlpame, es que últimamente he tenido mucho trabajo atareado, me alegra ver que llegaste bien, ¿Cómo estuvo el vuelo?—él detiene el abrazo y la invita a tomar asiento.

—Gracias Vanessa, yo me encargo del resto—vocifera sin darme la cara.

—Si señor.

Cierro la puerta y me dirijo a mi escritorio.

Las manos me tiemblan y las siento frías, la tensión que recorre mi cuello en estos momentos es angustiante. ¿Qué se supone que haga en esta clase de situaciones?

Conociendo lo prohibido ©️ (Editando)Where stories live. Discover now