Me sonríe y su mirada se vuelve oscura y perversa.

—Ya está decidido y no hay nada que hacer, querías tener todo bajo control y esta es la mejor manera de hacerlo.

—Y eso significa ¿qué has estado intentando controlarme?

—¿Dime si hay alguna manera de lograrlo?

Su mirada me reta.

—Creo que ya no tenemos más asuntos pendientes, la puerta aún esta abierta, puedes irte.

—¿Ni un café?

—Lo haría pero justo el otro día lancé la cafetera por la ventana. Nada personal, solo no me gustó el sabor.

—Trátala bien y dale toda la atención que necesita.—vuelve a precisar.

Eso suena como una orden.

—¿Alguna vez te he dicho que suelo soñar golpeando tu rostro mientras tu cráneo se rompe chocando contra el suelo? es extraño pero esos días milagrosamente logro dormir como nunca.

No tengo y nunca he tenido intención de ocultar mis sentimientos hacía a él. Si no fuera por Lisa hace tiempo que abría roto su cuello. Las ganas que me invaden de golpearlo, y mandar todo al diablo no son pocas.

—Espero los próximos días puedas controlarte—advierte colocando su mano sobre su rodilla mientras me mantiene la mirada.

—Siempre lo hago querido tío, siempre lo hago.—comento con desdén.

—Eso espero, en cuanto llegues a fastidiar esto no solo tu pagarás, tu hermana también sufrirá por ello, tenlo en cuenta y trata de comportante como te enseñamos amado sobrino.

—No me digas espera—realizo un ademán—aún recuerdo como es, sacrificios que como un Lennox hay que hacer.

—Así es. Es bueno que lo recuerdes.—une su manos en un solo aplauso.

Me encantaría poder meterle el apellido por el culo con todo y los Morfis.

—Lo entiendo.

—Sé que nunca harías nada para perjudicarnos.

—Nunca lo haría—le doy una sonrisa forzada—ahora si me perdonas, tengo algunas cosas que hacer, espero tengas un excelente vuelo de regreso a Islandia.

Se levanta y camina hacia la puerta.

—Casi lo olvido —se da la vuelta antes de salir— Me quedaré unos días.

—Creí que odiabas esta isla.

—Lo hago, pero debo asegurarme de que te comportes. Me quedaré en la casa, ¿aún vives ahí?

Gracias a Dios no.

—Es probable que te encuentres con Lisa, pero es más seguro que se quede en casa de una amiga, ya sabes, cosas de mujeres.

El rueda los ojos.

—Lo entiendo, aunque también sería bueno que ella reciba a Diana cuando llegue.—espeta sosteniendo la puerta.

—Lo hablaré.

Lo veo terminar de dejar el lugar y meto mi cabeza en el computador.

La sangre me hierve, siempre hay algo, siempre debe haber una manera con la cual joderme la existencia.

Creía estar preparado para cuando esta situación llegará, pero nostálgicamente ahora dudo.

—Buenas noches Jorge.

Conociendo lo prohibido ©️ (Editando)Where stories live. Discover now