Jesús, el pan de vida

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Bienvenidos todos a el segundo capítulo de estas reflexiones ¡! Sea el Señor Jesucristo bendiciendo su vida a través de estos medios <3. 

Tema de hoy: Jesús, el pan de vida 

Primeramente hermanos queridos vamos a leer el versículo de hoy que está en Juan 6:47-48, dice así "De cierto, de cierto os digo: El que cree en mi, tiene vida eterna", "Yo soy el pan de vida".

Jesús nos habla y nos recuerda la promesa mas grande que él nos dio para cada uno de nosotros, que es la vida eterna, hermanos, gocémonos en esto tan grande que nos da Dios, siendo aún nosotros pecadores, él en su infinito amor y misericordia nos recuerda que vendrá el día final, en el que nuestro Dios vendrá a rescatarnos, y nos dará la vida eterna.

Mi mente no logra dimensionar esto tan inmenso, solo Dios sabe el lugar y como será todo lo que nos tenga preparado.

Pero, queridos hermanos, si leemos dice (El que cree en mi) o sea, que no todos pueden entrar al reino de los cielos y reinar juntamente con él, si no que el que cree de todo corazón y el que hace la voluntad de Dios. Esto nos lleva a un término muy importante -La Fe- que es uno de los frutos del espíritu, y lo que nosotros debemos tener como cristianos, tenemos que ir pidiendo a nuestro Dios que vaya aumentando nuestra fe.

Podemos ver en la biblia el gran ejemplo de fe de 3 hombres, que fueron Noé, Job y Daniel, que pese a las dificultades y pruebas que pasaron, su fe no decayó sino que se mantuvo firme y pudieron salir vencedores de cada batalla. Tomemos su ejemplo, y esforcémonos, ¡anímate!

Volviendo al tema de hoy, devolvámonos un poco al versículo 35 "Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mi viene, nunca tendrá hambre; y el que en mi cree, no tendrá sed jamás". Aquí se refiere hermano querido, a algo mas espiritual, no a cuando Dios dejó caer maná en el desierto, sino que algo mas allá, mas profundo.

Piense usted y recuerde cuantas veces Dios lo ha levantado, cuantas veces le ha dado aquellas fuerzas que por nosotros mismos no podemos obtener, él nos ha llenado, ha llenado nuestros corazones y nos ha dado paz. Él es nuestro pan de vida, de nuestro Dios bebamos, como dice la palabra, vayamos a él y digámosle -Amado Dios, amado Padre, ya no puedo más- Dios te da fuerzas en esta hora, solo a él recurre, él te va a saciar y te restaurará.

Mantente con un corazón hambriento de Dios, de su espíritu santo, que él se agrada de ello.

Nunca te olvides de la gran promesa que Dios nos da, solo nos invita a creer en él, creer en sus promesas, mantenernos confiados en que es un Dios de gran poder que puede librarnos de todo mal, nunca dudes de su amor. Agradécele siempre por el sacrificio que dio por nosotros en la cruz, pagando por nuestros pecados y prometiéndonos vida eterna.

Y lo más importante, permanece en Dios y en sus caminos, porque el que persevera hasta el fin éste será salvo (Mateo 24:13), preocúpate por tu salvación y por obtenerla, para poder llegar a aquel lugar que Dios nos tiene preparado. Un lugar en donde no habrá más llanto ni tristeza, sino que alegría, gozo y alabanza por siempre.

Amén, toda la gloria y honra sea a el Señor Jesucristo, nuestro padre celestial. Espero que esto haya sido de edificación para su vida, siga meditando en la palabra de Dios y confiando en él.

Gracias a todos los lectores y a los que se están sumando, ¡Dios los bendiga grandemente.

                                                                                                                                                                     - God's warrior 


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