Verde Selva

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Autora: Follen_kat

Nota: Dentro de mis fav este es uno de ellos xD

Nerviosamente tamborileaba con la punta del bolígrafo en su carpeta, hoy sería el día en que el consejo académico tomaría una decisión sobre su viaje; ese viaje tan anhelado y que por los últimos seis meses llevaba planeando. Elena esperaba ansiosa por noticias sobre la beca de estudios en las América por la que estaba postulando, su asesor y maestro Fiodor Dievuschkin le había asegurado que ella sería la acreedora al recurso, pues él en su carácter de Decano abogaría ante el consejo, aunque sabía que no era necesario, pues sus antecedentes de buena estudiante la precedían, por lo que no habría razón para negarle tal honor. Aún así la joven se sentía insegura, pues así como ella, habían otros postulantes que por sus méritos ofrecerían una dura competencia. Ahora tenía la sensación de que la habitación en donde esperaba se hacía pequeña, mientras que al mismo tiempo percibía un sabor amargo en la boca, al punto de llegar a creer que la dilación del consejo se debía a que se había tomado una resolución negativa al respecto por parte de los miembros. Entonces empezó a prepararse mentalmente para recibir las malas nuevas. Tan embebida estaba en esta actividad que no se dio cuenta cuando Dievuschkin ingresó al recinto con una expresión que a todas luces indicaba triunfo, tanto fue que el viejo decano tuvo que llamarla más de dos veces por su nombre para que ésta prestase atención. El pleno del consejo deseaba hablar con ella, sólo era una formalidad, había dicho Fiodor, pues la decisión había sido tomada ya. Ella viajaría pronto.

El corazón de la joven dio un vuelco entero dentro de su pecho por la emoción y como impulsada por un resorte se abalanzó hacia el profesor, para llenarle el rostro de besos y prodigarle sus mas sinceros agradecimientos, - No me des las gracias, que nada tuve que ver - decía el viejo por completo enternecido mientras la acompañaba al interior de la sala de consejo. Elena Katina Sergeevna anunció Dievuschkin al pleno; los decanos observaron a la joven con curiosidad, como preguntándose qué era lo que ésta tenía de extraordinario; ¡oh si! el entusiasmo de la juventud, parecía leerse como respuesta en sus rostros, entonces la exposición de la mecánica a seguir durante el viaje y las obligaciones inherentes a la beca de estudio. Elena, o Lena como ella prefería ser llamada, pasaría los siguientes ocho meses efectuando trabajos de investigación sobre las culturas de los pueblos indígenas de las Américas, particularizándose en un grupo en especial, que se hallaba situado en la serranía del cálido país anfitrión. Durante estos estudios, ella se comprometería a entregar reportes mensuales donde relataría las experiencias de estudio, para después formular durante los cuatro meses restantes, una tesis de investigación con los resultados obtenidos durante su estadía en el lugar. También le advirtieron que este no seria un viaje de comodidades, pues tendría que adaptarse a las condiciones del sitio, mismas que acto seguido le fueron enunciando: caminos deteriorados, mínimos o inexistentes servicios básicos, distancias enormes entre las comunidades que para recorrerse se utilizarían medios rústicos, y demás penalidades que a la joven en el momento le resultaban por completo atrayentes, pues pensaba que sin duda este sería la aventura de su vida, algo por lo que había estadía esperando y que por fin veía realizarse. Así mismo le indicaron que en el lugar de destino se encontraría con una persona que sería su enlace con el Instituto, una mujer por la que Dievuschkin daba las mejores referencias y con quién Lena establecería residencia por el tiempo que su estancia requiriera.

Habiéndose expuesto las generalidades del viaje, la reunión fue dada por terminado y Elena salió del lugar sin respirar y con el corazón tan grande que no le cabía en el pecho, pues a partir de ahora tendría sólo quince días para afinar los detalles y preparativos para su partida, al término de éstos el viaje. Entonces empezó por tachar los puntos que tenía anotados hacía mucho tiempo en la agenda dedicada al viaje y conforme lo hacía se daba cuenta de que una inminente sensación de especial angustia la iba embargando, pues el entusiasmo inicial se estaba combinando con reservas, pues de antemano sabía que sería muy duro y ahora ya no habría vuelta atrás, por lo que empezó a sentir un poco de temor al comprender la magnitud de lo que le esperaba, "estás nerviosa, eso tienes..." se decía a sus adentros para tranquilizarse cuando los momentos de duda la asaltaban. Así el tiempo se fue volando cuando se percató que sólo faltaban dos días para su partida y aún faltaba mucho por hacer, entonces era el tiempo de dar prioridad a las actividades restantes: las vacunas eran lo más importante, calzado nuevo propio para esas selvas, la revisión médica de pies a cabeza y por último las despedidas a familiares y amigos.

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⏰ Letzte Aktualisierung: Feb 25, 2021 ⏰

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