𝘢𝘳𝘮𝘪𝘯 𝘢𝘳𝘭𝘦𝘳𝘵 , 𝘰𝘯𝘦 𝘴𝘩𝘰𝘵𝘴

5

—¿Y tu cómo sabes eso? No tienes novia. —Cuestionó Jean, con una pizca de gracia en su voz.

—No tengo que tener una novia para saberlo... Estas cosas siempre... Siempre las hablaba con Sasha y (n). —En su rostro se formó una mueca triste, contagiando de ella a Jean y Armin. —Ellas me tomaban del brazo, me llevaban arrastras y me tenían allí en el medio, escuchando sus quejas y tonterías románticas —Suspiró—, Extrañaré esos días.

El silencio los hundió después de eso.

..

Se restregó los ojos con sus manos, dejando salir un bostezo y estirándose en el cómodo colchón. Miró el techo y luego a su alrededor. No se preocupó al no ver a Armin allí, era normal que él siempre despertara muy temprano, ya estaba acostumbrada. Salió de la habitación y caminó por el extenso pasillo hacia el comedor.

—Buenos días. —Tomó asiento junto a Mikasa. —¿Y Armin, dónde está?

—Fue a visitar a Annie. —Jean colocó el plato de comida frente a ella. —Volverá más tarde.

—Ah. —Llevó la cuchara de sopa a su boca.

—¿Todo bien? —Cuestionó Connie.

—Sí... Es solo que extraño a Sasha. —Resopló, continuando con su desayuno. —Caminaré un rato, necesito despejar mi mente. —Se puso de pie, dejando la comida a medias y salió del comedor, dirigiéndose nuevamente a su habitación para cambiarse de vestimenta.

Miraba el piso con desinterés, pero tenía su ceño fruncido. Estaba celosa, otra vez. No tenía caso estarlo, Annie estaba dentro de un cristal, no podía hacer nada. Sin embargo, ese amargo sentimiento en su pecho junto a una estúpida voz en su cabeza, le decían otra cosa, hacían que desconfiara de Armin, y no tenía porque estarlo, él le ha dicho millones de veces que la ama, siempre se lo recuerda día a día. Pero no era suficiente para que dejara de sentir aquello, no cuando casi la mayor parte del tiempo, desde que tiene el colosal, va a visitarla y a conversar con ella.

—¿Cómo es posible qué esté celosa de alguien en un cristal del cual nunca saldrá? Que mierda más grande. —Mordió levemente su labio inferior.

—¿(n)?

Levantó por fin su cabeza, encontrándose con Armin, que fruncía el ceño confundido. Miró a su alrededor confundida. No tenía idea de cómo es que terminó frente a la puerta de la habitación en donde Annie estaba escondida.

—¿Qué haces aquí?

—Y-yo... No lo sé. —Tomó aire. —Lo siento, me iré... Continúa con tu visita a Annie. —Habló indiferente y al darse cuenta se golpeó mentalmente, aparentemente era un impulso que no controlaba.

—Espera, ¿Por qué?

—¿Por que qué, Armin? —Volvió a usar el mismo tono de indiferencia y de nuevo se golpeó. Cómo es qué no podía controlarlo.

—¿Por qué me tratas indiferente cuando veo a Annie? ¿Eso te molesta? Puedo dejar de hacerlo si me lo pides. —Agarró las manos de la (c/c) y las acarició con sus pulgares. —Te amo, ¿ok? Annie solo es mi compañera, la visito porque no quiero dejarla sola, quizás deba sentirse aburrida allí dentro y soy la única persona que viene a darle compañía.

¿Qué si se sentía idiota? Tal vez.

—Armin, lo siento, ¿sí? Nunca quise tratarte así, es solo que... Tengo una voz en mi cabeza y un sentimiento amargo en mi pecho, me hacen desconfiar un poco en ti, no puedo controlar mi indiferencia, lo siento mucho, no mereces eso. —Hizo una mueca apenada.

—Ven aquí. —La abrazó, ocultando su rostro en su pecho. —No debes desconfiar de mi, nunca voy a hacer algo para lastimarte, te amo, y mucho, eres mi felicidad más grande, ¿Crees que en serio voy a dejarte ir tan fácilmente por alguien más? Eso jamás. —Besó su cabeza, sonriendo. —Por favor, ya no tengas desconfianza en mi, te amo, (n).

—Armin, eres tan lindo. Te amo, te amo, te amo mucho, mi cielo... Prometo no estar más celosa. —le besó los labios, sonrojando de golpe al rubio.

—Lamento estar casi la mayor parte del tiempo hablando con Annie, eres mi novia, tengo que darte más atención a ti... Perdóname. —Besó su frente. —Prometo estar más a tu lado.

—Gracias, cielo.

Unieron sus labios otra vez en un beso lleno de amor.

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