One shots// Exatlon México

1. Yomisandra

Yomi

Sentirme muy nervioso probablemente era normal en esta situación y este evento, me sentía tan feliz porque es una de esas pocas veces que sientes que tú felicidad se completó al máximo, amaba mi deporte y amaba mi familia, pero muchas veces sentí que algo le faltaba a mi vida.
Las nuevas aventuras traen nuevas personas, nuevas tristezas, nuevas malas situaciones, pero también muchas recompensas, nuevas personas, nuevas familias, nuevos amores.
Es por eso, que aún viviendo tanto, aún tras haber ganado o participado en tantas competencias, haber entrado a exatlon le llamo la mejor experiencia de mi vida.
Porque conocí una nueva familia, pero sobre todo, la conocí a ella.

Flashback(pensamientos de Yomi)

Las mañanas en el campamento siempre eran muy frías, y yo siempre era el primero en levantarme para salir a caminar, o despertar a mis demás compañeros.

Keno Siempre fue muy cercano a las niñas, así que ellas y él dormían abrazados para estar más calientes y no pasar tanto frío. A mí me preocupaba incomodar a las niñas, así que me enredaba la cobija y me hacía bolita para sentirme atrapado en ella, cuando amanecía la usaba como un zarape, para no desprenderme de ella.
Las últimas semanas amanecimos todos apretados pero bien abrigados en una esquina del campamento. La bestia se despertaba siempre unos cinco minutos antes de que yo lo hiciera (o eso creía el) y se separaba de nosotros, le daba vergüenza tal vez sentirse tan vulnerable o tierno, porque no quería dejar de tener ese aspecto o actitud de "bestia" que todos habían visto en él.

Ella siempre fue más fácil de despertar que cualquiera, era demasiado sencillo a decir verdad.

Despertaba con sus ojitos entrecerrados, intentando apaciguar la poca luz que se filtraba a la cabaña. Siempre me sonreía y me daba los buenos días, tenía una sonrisa tan bonita que podría cautivar a cualquier persona, por eso entendí a la perfección a David, yo también hubiera caído si ella me despertará con esos ojitos, esa sonrisa, si me hubiera despertado tocándome el pelo por las mañanas.

Lo entendí perfectamente, porque aunque nada de eso había sido para mí, también caí.

Cuando solo quedábamos seis azules me sentía mucho más cómodo, como en casa, pero también sentía mucho terror de distintas maneras.

No sé si alguna vez han sentido atracción a una persona, e intentas controlar ese sentimiento y por un momento lo logras, o cuando sentiste que el sentimiento se esfumó, pero tú amigo empieza a desarrollar el mismo sentimiento que tú, por esa misma persona. Entonces te lo guardas, para evitar conflictos, o porque en el fondo sientes que tú amigo tendría más futuro o se merece más a la persona que ambos quieren.

Cuando vimos la química que desprendían ambos fue inevitable no sentirme mal, sentirme mal conmigo mismo, esos momentos en el que te reprochas no haber hecho nada antes, pero que ya no hay vuelta atrás.

Creo que jamás me sentí celoso por ellos, estaba muy feliz por ambos.
David era un tipo increíble que estaba saliendo de su caparazón.
Y ella, ella era absolutamente fenomenal.
Tenía cualquier característica o virtud que pudieras pensar que incluso todas las palabras del mundo se quedarían cortas al hablar de ella.

Así que no, no pude celarlos por haberse entendido tan bien. No podía enojarme con la vida por haberlos unido, porque de una u otra forma yo también me uní a ellos. Y estaba feliz. Porque esos detalles eran los que nos convertían en una gran familia a pesar de no ser tan numerosa, porque nos alegrabamos por los triunfos o felicidad de los otros.

[...]

Y nos quedamos solos.

En la recta final, heliud eliminando a David.
Estábamos junto con los rojos en fortaleza, pero al final de cuentas solos los dos azules.

He de decir que me sentía muy orgulloso de nosotros, logramos llegar a la recta final, yo como semifinalista y ella como finalista.

No ganamos, pero nos llevamos una increíble experiencia, y aunque sentía que esta vez de nuevo me había quedado esperando algo, me sentía feliz y completo.

[...]

"Nunca le pusimos nombre, pero David y yo ya no tenemos nada, así lo decidimos, tenemos distintas metas y distintos sueños"

No sabía si me sentía triste, feliz o esperanzado.

Fin del flashback

— Yomi, ¿Ya estás listo? Tenemos que salir ya —habló Pascal al otro lado de puerta—.

—Si, ya salgo —acomodé por última vez mi corbata y limpié  mis manos en una toalla, me miré por última vez en el espejo y me sonreí a mi mismo, todo iba a salir bien.

Llegamos al lugar y cada vez me sentía más nervioso, sabía que todo saldría bien, pero aún así me era inevitable controlar mis nervios que no me permitan dejar de moverme.
Todos estaban sentados y establecidos en sus respectivos lugares al igual que yo. Recorrí con la mirada todo el lugar y me encontré con la mirada de David en el asiento de enfrente, me dió una sonrisa tranquilizadora y le agradecí internamente.
Mis nervios desaparecieron, a la vez que una cara conocida hacía su entrada, mientras la marcha nupcial sonaba.

No sabría decir si es posible poder ser más hermosa del límite, o si alguien podía verse mejor cada día que pasaba, pero ella de alguna manera, lo lograba todos y cada uno de los días que la había visto.

El maquillaje le hacía resaltar su belleza y seguridad que transmitía ya de por si naturalmente.
El velo adornando su pelo, el brillo en su vestido, todo gritaba ella.
Me sentía como en una película, una dónde el final feliz ocurre en cámara lenta, y por un momento quise guardar el recuerdo así, en cámara lenta. Quería detener el tiempo cada día restante de mi vida, quería que se repitiera una y otra vez esto, quería verla todos los días así, viéndose feliz y radiante. Porque todos los días era bella, pero hoy era más especial.

Se colocó a mi lado y me dió una de esas sonrisas encantadoras, esas que en República Dominicana me conquistaron aún no siendo para mí.

Escuchaba atentamente la voz del juez , me escuché a mi dando mis votos, la escuché a ella dando los suyos, pero mis ojos jamás se despegaron de ella.
Podría pasar toda una vida admirandola, y sabía que jamás me podría cansar.

—Señor Anguiano Flores, ¿Acepta como esposa a la señorita Ascencio?

—Si, acepto

—Señorita Ascencio, ¿Acepta como esposo a el señor Anguiano?

—Si, acepto —y ahí fue cuando toda preocupación se esfumó de mi pecho—.

—Puede besar a la novia

Y sonreí como nunca antes, porque era el beso y momento más especial que había vivido nunca.
Porque después de tanto tiempo sentí que ya nada le faltaba a mi vida, porque la pieza que le faltaba y que había esperado tanto tiempo había llegado vestida de color azul.

Fin