Desire

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Naruto, observó de arriba abajo a la persona que tenía enfrente, seguía sin entender lo que este deseaba o lo que planeaba conseguir.  Nunca entendió sus formas de lograr sus cometidos, pero siempre terminaba sediendo de alguna u otra forma.

No había manera de negarse ante las peticiones de Uchiha Sasuke.

Menos cuando había aclarado sus sentimientos luego de que este regresara a la aldea y pasaran un poco de tiempo de calidad juntos, se enamoró de su mejor amigo y a pesar de que podía gritar a los cuatro vientos que lo amaba, estaba consciente de que este podía enfrentarlo y recriminarlo por arrastrar su reputación junto con él. Era la única opción a futuro que le llegaba a la cabeza, Sasuke siempre fue un sujeto que no se tomaba nada bien ninguna cosa que fuese sentimental, rechazaba a todo mundo y trataba pesimo a quien se le cruzara al frente. Tenía un problema temperamental que no se podía cambiar con nada, ni siquiera con una declaración homosexual de su mejor amigo, ¡eso sería incluso mucho peor!

El solo imaginarse que su mejor amigo y la persona que más ama, dejase de hablarle por confesar sus sentimientos, le helaba la piel y quedaba como un completo gallina, le causaba terror tener que alejarse del azabache por culpa de un sentimiento no correspondido. Tenía que guardarse lo qie sentía y si fuese posible, llevarselo a la tumba con tal de salvar la relación de amistad que mantenía con Sasuke desde que eran unos simples gennin. Tardo tanto tiempo en recuperar su amistad, batallo con su vida y no quería perder de nuevo la confianza que este le tenía y el apoyo que este le pedía ante cualquier pequeña cosa que necesitara, sin importar que fuese economica, material o simplemente le pidiera un pequeño consejo luego de mencionarle cualquier situación que lo acomplejara.

Ya habían pasado varios minutos en los que simplemente se miraban en silencio, el azabache estaba esperando una respuesta de su parte, ¡era logico que no deseaba hacer eso! Ese era su jutsu prohibido y nadie merecía aprenderlo, menos cuando no manejaban la misma cantidad de chakra que él, no podía permitirse que Sasuke tuviera su mismo jutsu, ¡tenía que encontrar alguna excusa! Sin embargo, verlo de tal forma en silencio, cara a cara y en un lugar donde tenían que disfrutar de su compañía sin importar qué.

Despúes de todo, solo quería pasar un rato al lado del egocentrico y malhumorado Uchiha Sasuke. Lo amaba, pero tenía que ocultar dicho secreto tan sagrado.

Te amo repetía una y otra vez en su cabeza mientras miraba cada pequeño detalle eel rostro de Sasuke, verlo tan calmado y con una expresión tan neutra le aceleraba el corazón.

—Así que Naruto, pongo esta situación en tus manos... —indicó, mirando a su amigo sin darse cuenta de que este no le prestaba la más miníma atención.