- Comprendo.. de todos modos, de ahora en adelante los alumnos no tendrán permitida una salida a no ser que sea autorizada. No va a volverte a suceder aquello si permaneces aquí dentro. - sentí como daba a mi cabeza unos pequeños golpecitos, supuse que era alguna muestra de cariño, algo inusual a decir verdad. - Ahora vamos, tus heridas ya fueron curadas y todo el salón te esta esperando afuera, el joven Mirio quiere pedirte disculpas en persona. -

- ¡Esta bien!. - dije entusiasmada levantando mi cuerpo de las sabanas acogedoras de la camilla, realmente sentía que podría dormir por horas.

Aisawa abrió la puerta consigo para dejarme pasar, y al segundo de dar un pie afuera, fui recibida por los brazos de mis  compañeros, algunos como Mina y Kirishima, no evitaron llorar y a decir verdad, se veían demasiado tiernos.

Al momento en que ellos se apartaron, puede observar como el rubio de ojos caricaturescos de inclinaba frente mío, se me hizo un buen gesto de respeto, pero no podía dejarlo así, así que tome de sus hombros el chaleco que tenía puesto, haciendo que su cuerpo quede recto nuevamente.

- No hay necesidad de disculpas Mirio-sempai, se bien que usted no lo hizo  adrede, yo también debería de pedirle disculpas, no estaba en la mejor situación física y aun así, fue a un entrenamiento dejándole mal sabor de boca. - inclina mi diminuto cuerpo frente a él, yo no era quien necesitaba disculpas, era aquel que estaba frente mío quien las merecía. - ¡Perdóneme!.

- JA JA JA. - sentí como tomaba de mis hombros, desconcertada volví a verle y sentí como era abrazada por este nuevo desconocido a nada de convertirse en conocido. - no te preocupes, ____-chan, estas bien y es lo único que importa. - sin quererlo, sentí como mis mejillas se tornaban con un leve rosa, aunque no tanto como los cabellos de mi compañera Ashido, pero si para darme ese aspecto que mis compañeros llaman "Tierno". Aunque de forma tonta, reí bajo sintiendo como la alegría de ese joven se enterraba en mi piel. 

Al momento en que el se aparto, observe como la peli azul se acerco a mi a preguntar por mi estado, quien según recuerdo, su nombre era Nejire Hado.

- _____-chan!! Que bueno que despertaste, nos tenias preocupados a todos. - comento mientras tomaba mis manos. - es más, no sabes cuanto estuvimos Amajiki y yo intentando animar a Mirio, se sentía muy culpable por lo qué pasó.

- No hace falta decir eso... - escuche susurrar a Mirio, lo cual me hizo reír nuevamente.

- En todo caso, tal es débase pedirles disculpas a ustedes también, Hado-sempai, no merecían cargar con algo que no era su culpa. - suspire altanera a la situación. Mire por sobre el hombro de Nejire observando como el peli-negro me observaba de vez en cuando, también alcance a ver como en sus manos cargaba lo que parecía ser mi bolsa con su abrigo, lo cual me agradecí internamente por que haya tomado la iniciativa de tomarlo. - ¡Oh! Hado-sempai, ¿Qué sucedió luego de desmayarme?, sé que no debo dirigirme de este modo tan informal, pero viendo que muchos están aún adoloridos, supongo que la clase siguió un poco más, ¿No?. -

- En realidad, _____-chan, aun ellos se encuentran adoloridos por el golpe de les dieron a todos en el entrenamiento, creo que fue algo fuerte. - comento riendo, vi como su mirada se desviaba al rubio se acercaba al azabache y palmeaba su espalda levemente, era tierno ver como su tartamudeo aparecía, o como un pequeño sonrojo por la pena lo empoderaba.- Recuerdo hablar con Tamaki acerca de lo fuerte que se hizo nuestro Togata, de hecho, escuché decir a los profesores que es el más cercano a alcanzar el puesto numero uno entre profesionales. - comento susurrando, la verdad su respuesta me tomo algo desprevenida, ¿Así que de ahí venia toda esa fuerza?. - tus compañeros son agradables, pese a que el profesor te haya llevado a la enfermería, nos permitieron seguir hablándoles unos minutos mas. -

Pecesito (Tamaki Amajiki y tu) [EN PAUSA]Onde histórias criam vida. Descubra agora