—Y no los has visto cantando Heather, pero ese no es el punto. —Dijo el otro setter. —Cuando te fuiste a la tienda para comprar tapones para oídos y aspirinas los imbéciles empezaron a bromear sobre hacer un cover y subirlo a Internet-

—Ay no.

—Y lo hicieron.

—Oh. Por. Dios. Diosito, llevame ya, yo me porto bien, por qué me haces ésto —Murmuró Akaashi, Setter bonito para los amigos y Agashe para los búhos.

—Lo peor no es eso.

—¡¿Hay más?! —Preguntó el ojiverde incrédulo.

—Siempre hay más con estos dos pendejos —Respondió Kenma ya con las pocas ganas de vivir que le quedaban. —Hicieron el cover y, por algún motivo, invitaron a más gente a cantar y de eso salió está abominación —Terminó de explicar.

—Tengo miedo.

—Deberías. —Kenma hico clic a el vídeo. —Si yo me traumo te llevo conmigo también.

El vídeo inició con un instrumental animado. Los dos setters no pudieron evitar mover la cabeza un poco, había que admitir que el ritmo estaba pegajoso.

»Welcome to the wonderland, aquí todo el mundo es obsceno, how are you doing miss?«

Akaashi parpadeó varias veces en shock. —¿Daichi? —Preguntó anonadado.

—¡¿Verdad?! ¡Yo también me quedé impactado!

De todas las personas Daichi, probablemente el más calmado y responsable de todos los equipos era el primero en abrir esa canción. Y, ¡¿Qué fue lo que dijo?! Ésto no podía ser posible.

Akaashi tenía un mal presentimiento sobre ésto.

»Pero estás templada por la luz de la luna, no importa cuanto te raspes los pies, no puedes irte hasta que mueras«

—¡Ushijima! —Exclamó Akaashi. Esto no era verdad, no podía ser cierto. —Y canta bien el desgraciado —Murmuró la última parte.

—Bueno, esa voz de treintañero le debe de servir de algo —Dijo Kenma. —La cosa es, ¿cómo convencieron a Ushijima? A Daichi si acaso lo entiendo, no lo han dejado de molestar al pobre, ¿pero Ushiwaka?

Keiji suspiró. —Dios mío, si ésto es por la vez en la que me tropecé con esa niña en la primaria y le tiré su comida perdón—pensó.

Al instante siguiente la voz de Kuroo apareció, haciendo que Kenma soltara un chillido y se escondiera detrás de él otro colocador. Antes de que pudiera preguntar que pasaba, Akaashi abrió los ojos como platos al escuchar la siguiente frase.

»El gato de Chesaire se ríe en la oscuridad, te encuentras así de mojada ya ¿no?«

Kenma le puso pausa desde el piso para dejar al pelinegro procesar la información.

—Oh. OH. Oh Dios no, ¡No! —Akaashi empezó a perder la calma. —¡Ew!

—¡Imagínate qué es ser el mejor amigo de la infancia! —Dijo Kenma dando golpes a su cabeza con el respaldo de la silla.

—¡¿Por qué?! ¡Yo-! ¡Ah-! ¡Pero-! ¡C-cual era-! ¡Cómo-! ¡E-eh! —Akaashi trataba de encontrar una frase que expresara como se sentía pero no había ninguna. Absolutamente ninguna palabra en el diccionario podía definir sus pensamientos en ese momento.

Haikyuu ShenanigansWhere stories live. Discover now