03. ᴇʟ ᴅʀᴀɢóɴ ʟᴀᴅʀóɴ

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Evie

Pasaron alrededor de tres días en los que no había visto a la chica mala en ninguna de las clases que compartíamos, ni por ningún otro lado en Dragon Hall. Cuando pensaba en ella no podía evitar sentir una corriente que subía por todo mi cuerpo. Mis labios palpitaban del recuerdo de aquella noche. Había memorizado cada beso, sus ojos y su sonrisa.

Caminé a paso lento, luego de las clases, cuando noté a lo lejos a Jay, estaba con los piratas del otro día. Si alguien sabría algo de ella, era él, así que esperé a que estuviera completamente solo y me acerqué.

—Jay.

—Eva.

En definitiva, Jay no era mi persona favorita. No entendía por qué Mal se la pasaba con él. ¿De qué hablaban? ¿Qué los hacía ser tan cercanos o no tratar de matarse? Seguramente era la única persona que podía ser amigo de Mal sin miedo a morir.

—Qué gracioso eres —dije, sarcásticamente.

Jay giró los ojos.

—¿Qué quiere la princesita?

—No he sabido nada de... —me aclaré la garganta— de Mal en algunos días.

—Ahh, eso —contestó como si no se acordara de ella y miró hacia otro lado distraído—. Debe de estar con alguna de sus novias, las brujas del mar o rompiendo algo por ahí. No sé. Siempre que falta a la escuela es porque se está tomando un poco de tiempo para ella. Cogiendo, quizá.

Mis cejas se alzaron y yo solo asentí como si eso no me hubiera sorprendido en lo absoluto.

—Ah, no imaginé que aquello la mantuviera alejada de la escuela —me escuché decir.

—Pues hace lo que quiere, nadie le dice nada. Y si lo hicieran, no haría caso.

Asentí de nuevo, él me vio.

—Pero no te preocupes, ella seguro no volverá a molestarte —finalizó.

¿Molestarme? ¿Ella pensaba eso?

—¿Ella te dijo algo?

—Escucha —dijo y me pasó el brazo por el hombro mientras movía las manos explicando lo siguiente—: Déjala ser libre, Evie. Ella no está para una relación seria. Y si lo intentas... —Clavó sus marrones oscuros en mí.

—¿Qué?

—Vas a salir lastimada.

Le quité el brazo de encima y retrocedí.

—Yo no dije que quisiera una relación con ella.

—Pues ahorita no, pero Mal puede llegar a ser tan encantadora con las chicas, el alma de la fiesta, ya sabes, que luego se puede malinterpretar. ¿Recuerdas a Uma?

Asentí.

—Pues Mal le rompió el corazón. Salieron un tiempo, Mal tuvo una de esas pláticas interesantes en las que habla de sus libros y esas cosas, luego tuvo lo que quiso y ¡PUM! Ya no pasó nada más.

—E-Entiendo... —dije algo confusa—. Bueno, gracias, Jay.

—Cuando gustes. No te desanimes, aquí ando por si luego se te ofrece alguna otra cosita...

Mientras caminaba luego de esa charla me sentía completamente rara. ¿Y si Mal no había querido tener nada conmigo porque no le gusté? O, ¿si pensó que no podía conseguir nada bueno de mí y solo se alejó? Quizá todo eso de la segunda cita fue una mentira para que no pasara nada.

Dos amantes | +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora