Click ↠ Soojun

O2

Soobin se estiró hasta que sus manos tocaron sus pies, siendo algado por su coreógrafo.

— Ahora, podemos empezar con la coreografía programada.— indicó Jongin, Caminando al centro del salón lleno de espejos.— Uno, dos, tr-

—¡Soobin!— El estruendoso sonido de la puerta abriendose de golpe más la voz grave de su manager, logró asustar un poco a Soobin. Que esperaba un regaño.

Jongin, algo frustrado por no ser la primera vez que interrumpían mientras el enseñaba a Soobin, sólo fue por algo de agua, mientras que Soobin curvo una mueca. — ¿Ahora qué?— Y es que el pelinegro sabía a la perfección que su Hyung sólo lo interrumpirá de sus prácticas por algo malo. O simplemente por fastidiar.

— Algunas fans están afuera.— Empezó calmado. Cosa poco creíble a juzgar por su rostro y el leve nerviosismo que se le notaba.— Con fotos, cárteles y hasta pancartas de la cara de tu "Enamorado"— Dijo entre dientes Seokjin, el pelirubio no estaba muy de acuerdo en que su mejor estrella encontrara pareja. Más por el lado comercial, porque, su por él fuera, ya estaría planeando una boda. Tampoco era un explotador.

— ¿Y que hacemos aquí aún?— Dijo emocionado Soobin, dirigiéndose a la salida mientras se colocaba una sudadera. Seokjin rodó los ojos, sabiendo que esto no iba a terminar del todo bien.

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El rostro de impresión del joven idol casi hacía reír a Seokjin. — Me dijiste que estaban "algunas"— Hizo comillas, observando a la multitud.— Aquí está media Corea.— Exageró, aunque no demasiado.

Ya que las dos vías públicas que se dirigían a la empresa, estaban congestionada de gente. Muchas estaban con pancartas extremadamente grandes.

— ¿Y que quieres que haga? La policía no ha podido con todos y ni decir de los medios.— Dijo graciosos.— Tus fans son unas rebeldes.

Lo que se podía escuchar en la calle, en su mayoría, era el nombre de Soobin. Los carteles decían que lo apoyaban y que harían lo posible para conseguir a su enamorado. Soobin sonrió asustado, no podía ser que medio estadio estubiera en las afueras de su agencia. Salió hasta el balcón en dónde se veía un poco más, haciendo estallar las calles con gritos emocionados y hasta eufóricos.

— Están mal de la cabeza.— Dijo a su manager. — Al menos... Están correctos con la persona que tienen en sus carteles. Y me asusta el como lo lograron encontrar.

Seokjin sonrió con gracia, llevándose a Soobin adentro de la agencia nuevamente.

— Ahora ve a bajo con tu multitud y pídeles ayuda.— Ordenó.— O mínimo que se regresen a sus casas.

Soobin asintió tranquilamente y bajo hasta la puerta principal, observando que la seguridad de su empresa estaba manos a la obra con varias barricadas humanas y otras más adelante.

— Hwang Nim.— Saludo tranquilo a su jefe, el cuál lo observaba como si lo quisiera matar.

— Si no fuera porque me caes bien, te habría despedido y hasta puesto una demanda por incumplimiento.— Dijo Hyunjin sobándose el tabique de la nariz.— Explícame mejor todo ésto.— Dijo Extendiendo sus brazos mostrando a su alcance todo el gentío.

Soobin sonrió.— Son mis fans, al parecer querían...— Observó el cartel gigantesco que sostenían doce chicas, el cuál tenía el rostro de la persona que no lo dejaban dormir hace más de dos semanas.— "Ayudar".— Hizo comillas.

— Soobin, no me importa lo que están haciendo. Explícame mejor como rayos en dos semanas fuiste aceptado por todos los medios y fanáticos al  enamorarte en menos de dos segundos. Porque no entiendo nada. Creí que así no funciona ésto.

El pelinegro se alzó de hombros, ordenando a algunas personas a buscar parlantes y micrófono.

— Todos me aman.— Sonrío autosuficiente.— Además ya haré que se vayan.

Cinco chicas habían llegado con dos parlantes grandes y un micrófono, a lo cuál Soobin agradeció y los instaló el mismo.

— ¡Cómo están Preciosuras!— El bullicio fue aún peor, pero éso sólo logro emocionar a Soobin.— Lamento decirles que no pueden invadir de ésta manera las calles, dejémoslo para otro día ¿Que dicen?— Los gritos de afirmación no se hicieron esperar.— ¡Gracias por encontrarlo!— Gritó con sinceridad.— Ahora regresen a casa.— Soobin sonrió satisfecho hacía su jefe, ambos observando mientras esperaba a que la multitud se dispersara.

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Un ahora pelirosado se reía en alto al frente de la gran pantalla, mientras comía crepés y bebía champagne en su suite.

— ¿Cuál es la risa?— Dijo Taehyun entrando desde la puerta del corredor.

Yeonjun miró a su mejor amigo con el celular en mano, seguramente ya habría terminado de hablar con el idiota de Kai y por eso le prestaba atención. Rodó los ojos ante el pensamiento y se dispuso a explicar.

— Soobin ya está empezando a encontrarme, ahora todo mundo cree que nos vamos a casar o una mierda de ésas.

Taehyun lo miró confundido.— ¿Éso no es lo que va a pasar? ¿Acaso cambiaste de parecer?

Yeonjun se levantó de su cómodo sillón, con la copa de champagne en sus manos.— Aquí lo único verídico es que ni él ni yo nos conocemos en persona, mucho menos hemos hablado mediante las redes sociales, ¿Crees que me vaya a encontrar en París? ¿En Turquía? ¿En USA?

—Un punto a tu favor, ¿Pero que ganas con ésto?— Murmuró.

Yeonjun tomó un poco más de su cara bebida que había estado a un lado de su desayuno.

— El niño piensa que lo puede conseguir todo. El caso es que no soy una persona fácil ni mucho menos. Sólo es cuestión de tiempo, quiero ver cuánto lucha por mi, al fin y al cabo; Él no es el único enamorado.

Recién editado. 26/08

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