UNHOLY | ROMANOGERS AU

I

I'm not a saint, I'm more of a sinner
I don't wanna lose, but I fear for the winners
When I try to explain, the words run away
That's why I am stood here today

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Todo iba a pedir de boca, la banda de jazz había comenzado el repertorio musical con una de esas canciones clásicas que nunca pasaban de moda. El jardín de los Barnes comenzaba a iluminarse con cientos de lucecillas sobre su cabeza, habían montones de flores por doquier, personas felices por los nuevos esposos...

Ciertamente jamás imaginó a su salvaje mejor amigo convertirse en un hombre de una sola dama, pero estaba feliz al verlo culminar sus sueños de felicidad junto a la mujer de su vida.

La sonrisa de Shuri no podía ser más grande mientras giraba y bailaba en los brazos de James; Recién había terminado la ceremonia y Steve Rogers estaba más que satisfecho con las palabras que redactó especialmente para la boda de sus amigos... Fue emotiva y hubo más lágrimas del novio, que de la novia. Sin duda en esa pareja lo que menos faltaría era amor.

Observó a los novios bailar durante un rato más, hasta que se tomaron un momento para compartir con sus invitados.

—Dos vasos de cognac, por favor.

Pidió el novio apenas llegó hasta la barra, donde Steve tomaba una bebida sin alcohol y disfrutaba del inicio de la celebración. El bartender en segundos les acercó sus bebidas y entonces James levantó su vaso para hacer un brindis.

—Por tu última noche disfrutando de la civilización y el licor de calidad.

—Qué gran pérdida— Steve, el rubio a su derecha ironizó, levantando también su bebida, para después dar el primer trago.

—Nunca entendí que eligieras ser sacerdote—James jugó un poco con el vaso en su mano, admirando el fino cristal cortado— Mucho menos que ahora abandones tu amada iglesia para mudarte a una pequeña aldea en el fin del mundo...

Steve sonrió, recordando aquellos días en que su mejor amigo le reprochó que abandonara la vida mundana y tomara el camino de Dios. Bucky, como solía llamarle desde que ambos se conocieron en el jardín de infantes, creyó que era una broma pesada cuando le contó que había decidido inscribirse al seminario mayor; y fue hasta que lo vió ordenarse de diácono -primer paso para el orden sacerdotal- que creyó en la vocación de Rogers.

Aunque los signos de vocación al sacerdocio siempre estuvieron ahí; Nació en una familia católica tradicional, por lo que asistir a la iglesia cada domingo, además de solemnidades, fiestas, memorias y días festivos, era lo usual. Cualquier niño hubiese protestado por quedarse en casa para pasar el tiempo disfrutando de los videojuegos, pero no Steve Rogers... Desde muy pequeño sintió el llamado, aunque prefirió mantenerlo en secreto para evitar más burlas de parte de sus compañeros de clase.

—Sabes que siempre tuve esa inquietud, no es nada nuevo.

—Aún así voy a extrañarte, amigo.

—Puedes enviarme cartas, ¿Sabes?

—¿Cartas, cómo hacían en el siglo pasado?— El contrario rió— Es una lástima que no te quedas hasta el final de la fiesta... eras parte de esto, Rogers. 

—Estoy seguro de que lo único que necesitas para ser feliz, es a Shuri... estoy orgulloso del hombre íntegro que eres, Bucky... merecías cruzar tu camino con una buena mujer y bueno, más te vale que des todo tu potencial— Le dijo sonriente— No me hagas volver para intentar meter un poco de sentido común en esa cabeza hueca.

Barnes llevó los dedos de su mano diestra hasta su sien, recreando el característico saludo marcial.  

—Hey— Se acercó a ellos otro moreno, para palmear la espalda de ambos— ¿Están con las últimas despedidas? ¿Me giro para que puedan besarse? No diré nada a mi hermana, solo porque sé que fuiste tú primero, Steve...

El rubio rió y negó repetidamente; Bucky y T'Challa se molestaban el uno al otro, desde que el segundo descubrió que su pequeña hermana estaba saliendo con Barnes. 

—Eres tan gracioso, cuñado... no entiendo como no fuiste humorista— El novio rodó los ojos y alcanzó una de las copas en la barra, para beber su contenido de un solo trago. 

—Nunca es tarde— T'Challa guiñó a sus amigos, antes de recibir un par de bebidas del bar tender y alejarse para volver con su mujer— ¡Buen viaje, Rogers! 

El par siguió con la mirada los pasos del moreno, viendo como se reunía con la futura madre de su hijo y entregaba una limonada a Nakia, que descansaba sus pies adoloridos sobre una de las sillas. 

—Estuve leyendo un poco acerca de Mali y la situación actual...— Comenzó Barnes— ¿Estás seguro de esto, Steve?

—Si puedo ayudar, haré lo que esté en mis manos.

—No sé si eres demasiado temerario o estúpido, amigo— el castaño pasó una de sus manos por su cara, con frustración— De todos los lugares que pudiste elegir, precisamente debía de ser un lugar infestado por terroristas yihadistas...

—Esos lugares conflictivos es donde más se necesita la presencia de Dios— Steve puntualizó.

La Parroquia a la que estaba destinado, estaba situada en Bamako... Y aunque se le había asegurado que el área era de las más seguras en Mali, aún así no se podía confiar del todo.

No podía negar que a él mismo de tanto en tanto era invadido por la duda e incertidumbre, pero como siempre, se refugiaría en su fé y dejaría todo en manos de Dios.

—No te haré cambiar de idea, se que es demasiado tarde, Rogers. Pero al menos puedes prometerme que te mantendrás comunicado según las posibilidades y que volverás en una pieza.

—¿Eso que veo son lágrimas, Buck?— Bromeó Steve para romper la tensión que hacía espeso el ambiente.

—No seas idiota, yo no lloro— Se defendió el recién casado, con ojos brillantes.

—Ya, entonces durante la ceremonia entera te dió un ataque de alergia...— El sacerdote rió y palmeó el hombro de su amigo, para luego unirse a él en un abrazo de machos, como solía decir Shuri— Te echaré de menos amigo, a ti, al alcohol de calidad y a la tecnología...

Se retiró un poco para palmear la mejilla de su amigo y revisó su reloj de muñeca. Su estómago dió un vuelco, sabiendo que en unas cuantas horas su vida daría un giro radical.

Era el momento de ir a recoger sus maletas y abordar el avión a su nuevo hogar.

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