Capítulo 18.

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Capítulo editado.

~•~•~•~

Apreté los dedos en el volante, escuchando sus absurdos quejidos.

- ¡Me dais dolor de cabeza! ¡Parecéis unos malditos mosquitos!- Grité alterada.- ¡Todo el rato... y erre que erre!

- ¡Él empezó!

- No le hagas caso, Dani. Laura está loca.

- ¡Mentiras y más mentiras!- Se defendió infantilmente Laura.

Por el espejo retrovisor central, comprobé cómo el tatuado rodaba los ojos, hasta que Laura se agitó en el asiento, subiendo una de sus manos hacia arriba y agitándola.

- ¡Me has aplastado la mano con tu culo!- Se quejó ésta.

- Porque estás acaparando todo.- Contestó Rodrigo tranquilamente.

Los ojos castaños verdosos de mi mejor amiga le miraron con odio, y me preparé como pude. Sabía lo que venía ahora.

- ¡¿Me estás llamando gorda, imbécil?!- Vociferó.

- ¡Te llamo loca! Pero si tienes más hueso que carne.- Resopló Rodrigo.

- ¿¡Ósea que soy plana?! ¡Éstas de aquí no piensan lo mismo!- Se apretó los pechos, a lo que Rodrigo miró hacia la ventanilla con una mueca.

Apreté los labios, y sentí chirriar mis dientes. No volvería a hacer un viaje improvisado con ellos. Eran terriblemente insoportables cuando se les encerraba juntos en tan poco espacio, por algunas pocas horas.

- ¡Juro que como no cerréis esas bocazas doy media vuelta y que os den por culo a todos!

Ambos silenciaron instantáneamente ante mi amenaza. Sabían que hablaba completamente en serio a pesar de mi tan delicado vocabulario, y que podía hacer un cambio de sentido y echar todo por el desagüe en menos de un segundo. Inspiré y suspiré, llenándome de tranquilidad nuevamente.

- Así me gusta. Tenéis que aprender de Joanna, ella está bien tranquila.- Dije mirando a la rubia que se encontraba sentada de copiloto, quien me regaló una sonrisa.

Tanto Laura como Rodrigo, pusieron los ojos en blanco, haciendo múltiples de muecas cómicas y de burla, cuales niños endemoniados. Que eso es lo que eran.

- Será muda.- Dijo Rodri.

- No lo soy.- Contestó de inmediato Jo, con las mejillas encendidas.

Hacía unos tres cuartos de hora aproximados que habíamos salido de Torla, y nos dirigíamos a Aínsa, un pueblo más grande, casi una ciudad; de la cual se tardaba como hora y media de un lugar a otro. Cerca de Aínsa, se encontraba el Embalse de Mediano, que es donde principalmente queríamos ir a pasar la calurosa tarde, para luego dirigirnos a las atracciones que en aquel pueblo habían montado, y en la noche, ir a la discoteca. A sabiendas de que no tenía aún el carnet de conducir y si la policía me cazaba estaría jodida, y de que Hugo se enfadaría si se enterase de la locura de empeñarme a que sería yo quien iría de piloto, me arriesgué y empeñé hasta conseguirlo. Sabía a ciencia cierta que no tendríamos ningún accidente, pues entre mi padre y mi hermano me enseñaron.

- Ahora que lo pienso...

- ¿Piensas? Wow, no parecía haber nada dentro de tu cráneo.- La cortó Rodrigo, haciéndola rabiar a propósito.

Laura le fulminó con la mirada, mientras él le sacaba la lengua con diversión.

- Como decía antes de que un ser sin neuronas me interrumpiera... Ahora que lo pienso, la próxima vez que hagamos un viaje de éstos, podría invitar a un par de amigas del pueblo. Os caerían bien.- Propuso la morena.

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