Parte 0

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A veces la infancia se va, todos sabemos que la dejaremos a un lado tarde o temprano pero la diferencia se da en que tanto deseamos que se vaya y en mi caso yo no lo deseaba, la perdí pero decidí seguir fingiendo que la tenía para que nadie (incluyendome) notara que desaparecio, pero, aun así en mi caso la infancia se fue por culpa de alguien y ahi es cuando te preguntas ¿Por qué? ¿A caso hice algo mal? Y es que esa pregunta no te la dejas de hacer en el transcurso de la vida puesto que cosas pasan pero nadie sabe porque pasan... Y duele. Pero eso no importa ahora ya que para entender porqué importa tanto la inocencia de nuestra protagonista, osea yo, tendré que explicar desde la parte 0.

Desde la parte 0 quedará constancia de que mi nombre no es necesario y que de ser posible se evitaran descripciones físicas en todo momento, de mi parte claro, vamos a hacer como si fuera una criminal prófuga ya que ciertas cosas que leerán parecerán ser de una criminal y no intentaré hacerme ver buena. Ya aclaramos: Soy una criminal.

Perdí mi inocencia no un día, no dos, sino que varios, pueden haber sido 20 tal vez 60 no lo se, fue progresivo y para nada doloroso pero como veran, tiene consecuencias, solo fue un día el que recuerdo con claridad, un día de calor y un hombre ¡NO! Hombre no, muchacho, suficiente para no mostrar maldad, es decir, volvamos unos 8 años en el futuro, en donde descubrí por una adulta mujer que él era lo suficientemente joven como para que la perdida de inocencia fuera deseada, pero, no fue así y lo sabrían solo con verlo: crespo sin gracia ni cuidado, ni tan alto, desgalamido como el solo y un color de piel diarrea amarillenta.

Ese día especifico perdí confianza, ya que la misma confianza fue la que me hizo caer en su momento, pues solo la confianza en los demás podría hacerte tomar una decisión tan estupida como sentarte en las piernas de un desconocido del doble de tu edad cuando apenas tus pies tocan el suelo al estar sentada y solo la confianza dejaría que te paralices para esperar que alguien te salve mientras una mano pasa por tu pierna levantando tu jardinera. Tal vez de no haber confíado estaría muerta ya que un hombre ¡DIABLOS NO! HOMBRE NO, viejo, observaba con cuchillo en mano lo que estaba pasando mientras que afuera de ese cuarto se encontraban los demas niños y niñas a cuidado de la hija del viejo degenerado ya mencionado. No puedo mentir, no llore por eso en ese momento ya que no sabía lo que estaba pasando pero el sentir esa interrupción en mi, por parte de otro cuerpo y no uno agradable me enojaba pero mi cuerpo no aceptaba mi ira, era una niña inocente que al sentir ese tacto impuro, descubrió por primera vez la culpa de sentir una cosa, hacer otra y dejar de pensar.

Los recuerdos son asquerosos y los sentimientos que desató demuestran la pérdida incorregible, pero... Todos pasamos por nuestro infierno personal y la importancia de este infierno solo radica en que es la parte 0, por lo que volvemos a la pregunta ¿Por qué es la parte 0? Bien... Desde ese día perdí junto con la inocencia, la capacidad de amar como los demas, acercarse a quien me hacía sentir esa hermosa sensación de poder y libertad que todos tenemos al enamorarnos o bueno al sentir esas famosas mariposas cobraba como cuota las sensaciones que asi mismo me hacian desear estar cerca.

Y es así... El deseo de estar cerca paso a ser lo único a lo que podía apuntar y la cercanía física o emocional se convirtió en mi peor temor.

Y es así...Where stories live. Discover now