«La promesa, Eve, la promesa» Me repetía internamente, y así, hasta entrar en el colegio.
En la fila, trataba de evitar las demás miradas, y mi mente estaba en blanco hasta que entramos al aula. Como supuse, me senté en un banco vacío, justo al fondo del salón. Traté de aguantar las facciones extrañadas que provenían de mis compañeros, sacando la de los ds3, quienes intentaban disimular. La única que logró movilizarme, fue la de Valentín, quien tenía una expresión indescifrable en el rostro. Alrededor de unos pocos segundos, nuestros ojos ya no se encontraban, y suspiré en el lugar para terminar de acomodarme.
No sé en qué momento ocurrió, pero lo poco que dormí en la noche lo recuperé en aquellas dos horas de biología. Mis párpados fueron pesados, y de pronto los brazos entrelazados en la mesa fueron la almohada más cómoda del mundo. Al menos para mí, en una clase a las ocho de la mañana, con la voz monótona de la profesora y el silencio del salón. A fin de cuentas, esa materia la tenía prácticamente aprobada, no me perjudicaría complacer un poco al sueño.
Al mismo tiempo, podía usar el descansar como una excusa para que las primeras horas pasaran de una forma rápida, y pudiera evitar toda la sensación de mierda que seguramente aparecería. Era una forma de escapar de los problemas y dejar de pensar por un rato, aunque sabía muy bien que no duraría mucho, pero algo era algo.
El timbre del recreo me despertó, y ya casi no quedaban personas en el salón. Eché un suspiro frustrado y me levanté con desgana para también salir.
Localicé un lugar con sol en el patio para no morirme de frío, y me senté a comer un alfajor algo derretido que había guardado en la mochila desde el cumpleaños de Dante. Estaba algo incómoda, y comencé a buscar con la vista a mi mejor amiga, quien se encontraba en una punta del patio compartiendo galletitas con Tadeo, sonriente pero algo extraña. En la otra punta, estaba Valentín con todo su grupo de amigos, pero no pude ver su rostro ya que estaba de espaldas.
¿Qué se suponía que debía hacer?
Me sentía completamente sola. O mejor dicho, estaba completamente sola.
Me di cuenta que el castaño se adentró a caminar hacia los baños, los cuales estaban en mí dirección, y volvimos a cruzar miradas. Yo no sabía que cara poner, ni siquiera sabía lo que él estaba sintiendo en esos momentos, porque su expresión no me decía absolutamente nada.
Toqué el bollo de papel que permanecía en el bolsillo de mi buzo, y pensé inmediatamente en la oportunidad de devolvérselo. No era algo muy importante, pero necesitaba hablar con él, y era la excusa perfecta.
Cuando Oliva pasó por mi lado, buscando la manera de ignorarme, tomé su brazo y lo giré hacia mí.
— ¡Espera, Valen!
El chico me miró con desgana, pero al mismo tiempo confuso.
— ¿Que pasó? — Me dijo en un tono neutral que me heló la piel. No quería pasar esa situación con él de esa forma.
— E-Encontré esto hoy, quería devolvértelo. — Le ofrecí mi mano con el papel arrugado, y Valentín no lo reconoció hasta leer lo que había dentro. — Estaba en tu campera, cuando tuve que lavarla, y me olvidé de dártelo.
Tardó algunos segundos en responderme mientras leía con el ceño fruncido. En un momento echó un suspiro algo deprimente, pero aún así, no me animé a decirle nada.
— Tiralo. — Me dijo con el mismo tono de voz, seriamente, y volvió a dejar la hoja en mi mano. — Ya no sirve, gracias igual.
Me dejó algo perpleja su reacción, pero las cosas no iban a quedar asi. No podía seguir evitandome toda la vida. Me causaba enojo de tan solo pensar lo estúpida que fui, pero al mismo tiempo, sentía que debía arreglar las cosas.
BẠN ĐANG ĐỌC
• c u p i d o ; wos •
Fanfiction"¿Que tan difícil podía ser convertirme en la cupido de mi mejor amiga?" By wossxoliva Créditos a @terrazadelvacio por la hermosa portada
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