La amargura de la ciudad

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- Solo un trago más. - comentó aquel hombre de figura imponente a su subordinado ruso mientras miraba la puerta de su despacho. 

Un día más en la vida y un día menos de vida. ¿Qué exactamente debería estar haciendo además de mantener el orden en la ciudad? La ciudad, el núcleo de la amargura constante que llevaba desde años en su corazón. Perdido en sus pensamientos, no se dio cuenta de cuando aquel leal subordinado le había quitado el trago. 

- A Julia no le gustaría verlo así. - habló firme y frívolamente el ruso mientras retiraba la copa. 

Julia esto, Julia lo otro, ¿Cuándo dejarían de mencionarla? Simplemente quería morir y reunirse ya con ella y los niños. Desde que había tomado el puesto de superintendente en esa ciudad, su vida se había llenado de más amarguras que antes. Sin embargo, prometiendo ante las tumbas de sus hijos y su esposa, el acabar con el crimen violento en esta catastrófica ciudad. Los Santos simplemente fue visto como el infierno detestable que debía combatir día a día. Pero esta ciudad le mostraría nuevamente los dientes para enseñarle que no importa lo que intente, nunca podrá ser feliz. Cuatro disparos hicieron colapsar a dos de sus agentes de confianza para después de una devastadora transición llena de lamentos, enojos y llantos; logra reunirse en aquella playa con quien siempre había estado a su lado sin importar la situación, el ruso. 

- Yo sé que la muerte de Ivanov y Gonetti no es culpa suya, pero, mi mente simplemente quiere culpar a alguien y solo lo culpa a usted. - dijo cortante Volkov mientras le veía con algunas lágrimas llenando sus ojos. 

 Conway saca la pistola, apunta a su cien y la bala se encasquilla sin hacerle daño, nuevamente. 

- No importa cuantas veces lo haga, siempre se atasca no dejándome escapar de esta eterna amargura conocida como la vida. - comentó Jack mientras recibía un puñetazo en el rostro por parte de Volkov y un ¡no lo vuelva hacer! histéricamente. 

¿Quién lo diría? Que quizás estos pequeños momentos junto a Volkov, sean los detonantes que ayuden a olvidar un poco toda aquella amargura

InspiracionesWhere stories live. Discover now