I: SECUELAS

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05-06 DE JUNIO DEL 2001.

Poco a poco se fueron solventando las secuelas que dejó la guerra, pero hay algo muy definitivo y es que no puedes cambiar lo que es alguien sin destruir lo que fue. Que la recuperación se consolide, no significa un retorno a la normalidad.

— Ella se marchó, Pansy —dijo Harry con ojos llorosos y voz quebrada por la frustración e impotencia—. Hermione se fue muy lejos de mí cuando más la necesité...

La vida a veces podía ser tan injusta y traicionera, que incluso el ser más bueno y noble, terminaba siendo presa de sus garras melozas y sublimes.

Un cielo sin nubes puede ser hermoso, pero faltaría la lluvia que riega los campos para que prospere la vida... Una vida sin retos puede ser cómoda, pero faltarían los triunfos y fracasos para darle sentido a la existencia.

Y una existencia sin amor, es simplemente darle la espalda al manantial de vida.

Era la armoniosa melodía del caos, la cual era entonada mientras el ciclo vicioso de la vida corría hasta el final siguiendo hasta el principio.

Astoria Potter escuchaba la conversación de su esposo con Pansy, sumida en un silencio cargado de tristeza, celos y rabia. ¿Por qué si todo estaba yendo bien en su matrimonio ahora ocurría ésto? Harry le había hecho promesas de amor la noche que se reconciliaron bajo la luz de las velas del día de San Valentín. Ella creyó que Harry la amaba, más ahora, lo ponía en duda.

¿Cómo de un beso se llegó a éste caos?

Jeffrey MgCauly, el Medimago encargado de San Mungo y jefe de Astoria, llegó al número 12 de Grimmauld Place.

─ Vine lo más rápido que pude ─dijo el pelinegro, saludando con un beso en la mejilla a una cabizbaja Astoria. Él la escudriñó por un segundo antes de preguntar─: ¿Estás bien, Tory? Si...

─ Estoy perfectamente, Jeffrey ─sanjó ella con voz neutra, se hizo a un lado y señaló la sala─. Harry es el que necesita de tú ayuda.

Desde donde estaban, tenían vista de lo que pasaba en la sala. Pansy anteriormente había llevado a su sobrina Emma a dormir y ahora abrazaba a Harry, consolándolo. Astoria sintió una opresión en su pecho, y pretendió ir a la cocina por un vaso con vaso, pero en realidad iba a calmar el torbellino de emociones que estaba sintiendo dentro de sí. Sabía perfectamente que Harry y Pansy eran medios hermanos, pero el dolor por no ser ella la que estuviera abrazándolo y acariciando su indomable cabellera azabache, fue aplastante.

─ Señora Weasley... Señor Potter... ─saludó el Medimago con un leve asentimiento a ambos hermanos.

─ Preferiría que me llames Potter o Pansy, MgCauly ─dijo Pansy, sin ser descortés. Jeffrey asintió, estando de acuerdo. Pansy estaba casada con Ron Weasley, a raíz de la Ley Matrimonial Mágica decretada por los Ministerios de Magia a principios del año pasado, pero como era de esperarse, el pelirrojo no lo aceptó de buena manera. Sin embargo, Pansy trataba de no dejarse amedrentar por ello.

─ Voy a revisarle, señor Potter ─Harry llegó apenas a asentir con la cabeza. Pansy se hizo a un lado, dándoles espacio.

─ Iré a buscar a Tory ─informó ella, yéndose a la cocina. Halló a su amiga y cuñada hecha un ovillo en una de las esquinas de la cocina y preocupada, se acercó─. Tory, él estará bien... ─le consoló.

Astoria soltó una risa amarga, enterrando el rostro en sus palmas.

─ ¿Y yo, Pansy?  ─habló con voz quebrada, alzando la vista llorosa─. ¿Yo estaré bien? ¡Tú lo oíste, cómo pedía a gritos ver a Granger teniéndome a mí, su esposa, frente a él!

Después de la Ley Mágica: "Siempre Fuiste Tú"Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang