Aventón

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Ushijima cerró la puerta del taxi después de pagarle al chofer y se acomodó su mochila sobre los hombros. Se detuvo unos segundos para mirar hacia arriba, hacia el balcón del quinto piso donde estaba el apartamento que había compartido con Oikawa durante años. Se sentía extraño que un lugar tan familiar, ahora le resultara ligeramente ajeno.

La mueca de hastío en su rostro daba a entender que Ushijima no tenía el mas mínimo deseo de subir, ni de hablar con Oikawa. Pero tenía que hacerlo. Era necesario e inevitable.

—U-Ushijima-san.

Escuchó su nombre a sus espaldas, en una voz que conocía demasiado bien.

—Iwaizumi-kun.- se dio la vuelta y lo enfrentó. Iwaizumi lucía igual que siempre, con su cabello teñido de rubio peinado descuidadamente, sus skinny jeans y su camiseta oversized. El mismo, pero la forma en la que miraba a Ushijima ahora había cambiado por completo.

—Has vuelto...

Ushijima lo miró con obviedad. No quería ser un imbécil, pero en esos momentos la presencia de Iwaizumi no le resultaba precisamente agradable.

—Eso parece.- contestó, irónico.

—Oikawa... Oí que... él me dijo que rompieron.- Iwaizumi no lo miraba a los ojos, y se rascaba el cabello mientras hablaba. —Wakatoshi-san, yo... ¿crees que pueda hablarte un segundo?

—Solo di lo que tengas que decir.- Ushijima sonó impaciente. Definitivamente quería terminar todo cuanto antes.

—Lo siento.- fue lo único que dijo.- No me voy a justificar ni nada de eso. Solo lo siento.

—Está bien.- Ushijima se dirigió rumbo al interior del edificio.

—¿Qué vas a hacer?- Iwaizumi volvió a llamar su atención. —Tú... ¿vas a volver aquí?

Ushijima suspiró, aunando paciencia.

—Hajime-kun, solo voy a hablar con Oikawa para saber qué vamos a hacer con el apartamento. Déjame aclarar eso primero. Si quieres, después habla con Oikawa y te enteras de qué decidimos. ¿Sí?

—Solo lo decía porque Oikawa-san puede venir a vivir conmigo. No quisiera que... que hubiera problemas entre ustedes por el apartamento.

La ceja de Ushijima vibró. No le contestó nada y solo entró al edificio.

Oikawa se sorprendió visiblemente al verlo del otro lado de la puerta.

—No esperabas verme a mí ¿cierto?- una sonrisa amarga adornó su rostro. Oikawa lo dejó pasar.

—Solo me sorprendí. No... no pensé que fueras a regresar tan pronto.

—Pues aquí estoy.- Notó como Oikawa lo miraba de arriba a abajo mientras su rostro se tornaba sombrío.

—Luces como la mierda.- Oikawa se sentó en el sofá para continuar tomándose la cerveza que tenía abierta sobre la mesita.

—Gracias.- Ushijima tomó otra cerveza del refrigerador y se sentó frente a Oikawa en una butaca. A pesar de que ambos estaban siendo maduros al respecto, la situación era tan cómoda como encajarse alfileres en la planta de los pies.

Pasaron un par de minutos de lo que podría calificarse como uno de los silencios más incomodos de la vida de ambos. Oikawa terminó su cerveza y se levantó para buscar otra. Sacó el resto del pack del refrigerador y lo puso sobre la mesita, entre él y Ushijima.

—Dejemos de ser tan estúpidos y solo hablemos.- Oikawa cruzó los pies mientras abría la segunda lata. Ushijima continuaba bebiendo la primera, pero apreció el que Oikawa rompiera el hielo. Él no confiaba en poder hablar con calma después de casi haber perdido los estribos con Iwaizumi. Sabía que había roto con Oikawa, y sabía que buena parte de lo que pasó era culpa suya, pero aún le corría sangre por las venas y no podía evitar enojarse.

𝗛𝗶𝗴𝗵𝘄𝗮𝘆; 𝘂𝘀𝗵𝗶𝘁𝗲𝗻.Where stories live. Discover now