— No, Valentín, mirate como estás. — Yo tomé sus hombros y lo alejé un poco, quejosa. — ¿A vos te parece estar en este estado por una pelea boluda?
Rodó los ojos y bufó con frustración, apoyando su espalda contra el sillón. — Vos no me entendés.
— Si que entiendo. — Contesté con firmeza. — Yo también estoy triste, y no por eso me ahogo en el alcohol como si se me solucionaran todos los problemas.
Valen posó sus ojos sobre los míos, y se quedó mirándome fijamente como si no existiera nada a nuestro alrededor. - ¿Vos estás triste?
Inesperadamente, unos nervios comenzaron a aparecer en mi estómago, y mi mente se puso en blanco, sin saber bien qué responderle. Sus ojos azules me dejaban intranquila, y no podía evitar pensar en lo mucho que necesitaba decirle cuánto lo extrañaba. Otra vez, estaba perdiendo la dominación en mi por tan solo unas simples palabras provenientes del castaño que tenía a mi lado.
— O-Obviamente que si. — Respondí, haciendo un pequeño esfuerzo para que mi voz no se entrecortara, y mis nervios no se notaran. — Te extraño, Valentín.
Su rostro se iluminó al escuchar aquellas palabras, y tragué grueso cuando me dí cuenta en la poca distancia que empezaba a haber entre nosotros. Él se acercaba de a poco hacia mi, cada vez más, logrando que el cosquilleo de mi panza aumentara.
— ¿Por qué querías que yo me alejara de vos, Eve? — Preguntó en un susurro al estar tan cerca de mí, y mis ojos se abrieron como platos.
No tenía sentido que lo extrañara si fui yo quien quiso ignorarlo, y sabía que él no entendía nada de lo que ocurría conmigo, o con nosotros. En ese momento, me arrepentí de habérselo dicho, pero no pude evitarlo, una fuerza mayor me ganó y no pude retenerlo. Debía dejar de demostrar toda señal de "amor" o "esperanza" en una relación la cual nunca iba a poder existir, y así, también, terminar de convencerme a mi misma de eso.
Aclaré mi garganta y me levanté del sillón, cortando la tensión entre nosotros, y acomodé mi ropa mientras Oliva suspiraba cansado. — Voy a armar la cama.
Rápidamente agarré la frazada puesta en el sillón para llevarla a mi cuarto, pero cuando quise tomar la almohada e irme, la mano de Valentín se apoyó sobre la mía, consiguiendo que volviera a mirarlo.
— ¿Qué, vamos a dormir juntos? — Sonrió pícaro en modo de broma, y rodé los ojos para terminar de sujetar la almohada. — Yo acepto, pero que sea cucharita.
Una sonrisa salió de mis labios y negué con la cabeza. — Basta.
Me adentré a caminar hacia las escaleras, escuchando los pasos pesados del chico detrás mío, y comencé a subir con el mayor silencio posible para que nadie se despertara. Mi vieja cuando dormía tenía un oído biónico; hacías un mínimo ruido y ella ya abría los ojos como un pescado, pensando que alguien estaba entrando a robar.
Al llegar arriba, fruncí el ceño por ver que Valentín no había subido ni un escalón, y los miraba con desconfianza, sin animarse a pisarlos.
— ¿Qué te pasa? — Grité en voz baja, frustrada por el miedo de que alguien nos viera. — Subí, pelotudo.
El chico negó con la cabeza rápidamente cual nene chiquito, y me miró desanimado. — Me voy a caer, Eve.
Y antes de decirle algo, me replantee el hecho de que estaba medio en pedo, y que subir las escaleras sería un gran peligro para él. En conclusión, tenía razón. No lo pensé ni un segundo más, y bajé despacio, nuevamente, para poder ayudarlo. Valentín me miraba extrañado, y cuando le ofrecí mi mano, la tomó sin dudarlo, algo tímido.
YOU ARE READING
• c u p i d o ; wos •
Fanfiction"¿Que tan difícil podía ser convertirme en la cupido de mi mejor amiga?" By wossxoliva Créditos a @terrazadelvacio por la hermosa portada
• - D I E C I S É I S - •
Start from the beginning
