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La lluvia torrencial se hacía presente

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La lluvia torrencial se hacía presente.

Las calles estaban húmedas y la presencia de las personas eran escasas.

En una solitaria parada de autobuses, se encontraba el pequeño el Jeongin con sollozos saliendo de sus labios.

Estaba hecho un desastre. Su labio inferior estaba roto, su mejilla derecha estaba con un hilo de sangre que nacía de su pómulo y su uniforme destrozado.

Todo su delgado cuerpo dolía, pero eso no le impidió seguir parado en la parada con el agua cayendo del cielo e impactando con su ropa.

Seguro de que tomará algún resfriado, pero no le importaba porque era la excusa perfecta para faltar a la escuela.

Sus manos jugaban entre sí y su mirada estaba en sus pies.

Pasaron los minutos y ningún autobús pasaba. Se dió por vencido y decidió irse algún lugar que no sea su casa.

Tomó camino sin rumbo y avanzanba a paso lento, mirando las solitarias calles sin tránsito alguno.

Sumergido en sus pensamiento, no se percató que llegó a un pequeño parque.

Sin pensarlo se dirigió a el, con el propósito de descansar y descargar todo lo que llevaba reprimiendo desde que salió de la escuela.

Al llegar al parque, se sentó abajo de un gran árbol que era lo suficientemente grande como para cubrirlo un poco de la llovizna que se hacía presente en la ciudad de Seúl.

Reposó su pequeña espalda contra el tronco algo húmedo.

El ligero viento que corría hizo que se erizara la piel, el frío se impregne en la ropa mojada y se abraze a sí mismo, buscando su propio calor.

Hundió su cabeza en sus piernas, manteniendo sus ojos abiertos, los cuales poco a poco comenzarían a picar, las lágrimas caer sobre sus rosadas mejillas y las heridas en su rostro.

Llorar era lo mejor que a el se le ocurrió en ese momento, pues no tenía nada ni a nadie que le bridara amor.

Estaba cansado de que todos los días fueran iguales.

El bullying que recibía todos los días empezó a enojarlo. Era insoportable.

¡No era su maldita culpa que su padre lo abandonara! Por culpa de su padre el estaba en esa situación hace años, y odiaba con toda su alma a la persona que llamó "papi" toda su infancia.

Al recordar todo lo que el arruinó su vida, sus sollozos subieron el volumen.

Necesitaba un abrazo.

Siempre lo necesitó.

A unos metros, un joven de cabellera negra y larga se acercaba al pequeño chico.

Cuando se acercó lo suficientemente, le tocó el hombro, intentando llamar su atención.

El pequeño inmediatamente levantó su cabeza para mirarlo directamente a los ojos y sentir como siete rayos lo atacaran al mismo tiempo.

᭝ DADDY ISSUES─ HYUNIN 𔘓 ꜝDonde viven las historias. Descúbrelo ahora