Capítulo 10

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Abro la puerta intentado hacer el menor ruido posible. A pesar de que la luz esté encendida, tengo la pequeña esperanza de que sea porque mamá se ha quedado dormida en el sofá.

Cruzo el pequeño pasillo de la entrada de puntillas. Me siento como una ladrona entrando en una casa ajena.

—Me dejaste una nota diciendo que saldrías, pero no de que volverías a las tres de la madrugada- murmura mi madre mirándome desde un rincón de la cocina, con la luz del salón iluminándole levemente solo la mitad de su cara.

—¡Mamá!- me llevo una mano al pecho, sobresaltada-.  ¡Me has asustado!

—¿Dónde estabas?- pregunta examinándome con la mirada.

—Estaba con Maya, una amiga de clase.

—He preguntado donde, no con quien.

—En... En casa de un amigo de su hermano.

—Ya.

La veo reflexionar detenidamente mi respuesta, pero al final termina asintiendo con la cabeza, dándome su aprobación.

Paso por su lado antes de dirigirme a mi habitación. Ahora mismo solo tengo ganas de meterme en mi cama y dormir doce horas seguidas. Pero su voz vuelve a pararme a medio camino.

—Por cierto, ¿qué llevas puesto?- pregunta mirando la sudadera de Ash. Mierda. No recordaba que siguiese llevándola.

—Eh... Es nueva. ¿No te acuerdas?

—Pues no. ¿No te esta un poco grande?

—Me gusta así- digo esbozando una sonrisa nerviosa-. ¡Buenas noches, mamá!

Y dicho eso, corro hacia mi habitación, decidida a que no vuelva a pararme por el camino.

****

Mis ojos están fijos en el reloj, el cual parece no avanzar. La clase de hoy se me esta haciendo aún más larga de lo normal. Mientras la profesora Brown nos explica el nuevo temario; literatura del siglo XVII, la clase se ve interrumpida por el director.

Después de tocar a la puerta y entrar con total tranquilidad, le pide permiso a la profesora para darnos un comunicado, colocándose frente a la clase. Ella acepta sin mucha emoción. Creo que la pobre esta igual de aburrida que todos sus alumnos.

—Como bien sabréis, las universidades ya están empezando a preparar el nuevo curso- explica el director-. Es por ello que los estudiantes interesados en obtener becas o entrar en alguna universidad en específico, deben empezar a tramitar las solicitudes pronto- algunos murmullos inundan la clase-. Os lo comunico a vosotros, como alumnos de último curso, porque sé que os conviene. Cualquier interesando en obtener más información, podéis encontrarme en mi despacho- y con eso parece dar por finalizado su breve discurso.

—Muchas gracias, director Spencer- habla la profesora Brown, con una sonrisa forzada-. ¿Eso es todo?

—Sí. Ya puede proseguir con su clase.

Y dicho eso, se despide de nosotros saliendo con la misma rapidez con la que había entrado.
La profesora suspira, agotada, y después de dedicar una corta mirada al reloj, decide seguir con la explicación.

****

—Oye. ¿Estás bien?- pregunta Maya, encarando una ceja.

—¿Qué? Eh, sí, claro.

Desde que he salido de clase, no me quito de la cabeza las palabras del director. Universidad, becas, solicitudes... Solo con hablar de ello, siento mi estomago revolverse. Mi padre siempre quiso que yo fuera a la misma universidad a la que él fue. En Nueva York. Y en su momento también era lo que quería yo, pero después de todo lo que pasó, ya no le veo sentido.

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⏰ Última actualización: May 31, 2021 ⏰

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