CAPÍTULO XXXV

Começar do início
                                    

—Ella es una niña muy especial que por desgracia no es hija nuestra —comenta mi pequeña ganándose un beso por parte de la niña.

—Entiendo, bueno creo que es momento de retirarme. Pero no olvides que prometiste salir conmigo. —Comenta ofreciéndole una sonrisa coqueta más un giño de ojo.

—Claro, nos vemos. —Claramente se ve que mi pequeña ya estaba incomoda en la situación.

Al momento es que Darey se va escucho a mi elegida dar un largo suspiro.

—¿Estás bien preciosa? —Pregunto tomando su mano y depositando un pequeño beso en ella.

—Si no te preocupes. Por cierto, lo siento, no sabía que él estaría aquí —ofrece una sonrisa a modo de disculpa.

—No tienes por qué disculparte, tienes todo el derecho de hablar con quién desees. Que si el chico me pareció un poco imprudente e irritante pero no es culpa tuya —beso su mejilla, para ser exactos el lugar donde tiene el par hoyuelos.

—¿Para qué me buscaban? —Cuestiona refiriéndose a la niña en brazos.

—Yo venía a buscarte, pero me encontré a Amori en el camino y decidió acompañarme —la pequeña sonríe ante el beso que le proporciona mi elegida.

—Creo que es mejor que entremos, su madre debe estar muy preocupada por ella.

—Tienes razón, dame a la niña yo la llevo. —Tomo a la pequeña en brazos.

Nos dirigimos al salón donde se está dando la fiesta, al llegar al lugar comienzo a buscar a la madre de la pequeña. Pero por más que la intento identificar no la encuentro.

—¿Ya identificaste a la madre? —Escucho como pregunta mi novia.

—No, por más que la busco no la encuentro. —En ese preciso momento uno de los encargados de la limpieza del palacio pasa junto a mí —. Disculpa, ¿Puedes buscar a la mamá de la niña?

—Claro majestad, ahora vuelvo. — Hace una reverencia y se va. No sé porque, pero esto no me está gustando.

Shey y yo decidimos ir hacia donde están nuestras familias, claro que al vernos llegar con una niña en brazos todos no miran sorprendidos.

—¿Y esa niña? —Pregunta mi madre.

—Es la misma que se acercó a nosotros en la ceremonia. Me la encontré caminando por los pasillos sola, así que la llevé con Sheyda. Pero no vemos a la madre —respondo.

—Es una nena preciosa. Sonará raro, pero se parece mucho a Sheyda cuando era chiquita. —Esta vez quien habla es mi suegra.

—Es lo mismo que yo iba a decir Alessia. Es como ver de nuevo a mi hija siendo una niña —comenta Enzo sonriendo.

Estaba por decir algo cuando se acerca el mismo sirviente al que le pedí buscar a la madre.

—Disculpe, majestad, me encargué de decirles a todos que buscaran a la mamá. Sin embargo, no hay noticias de ella. Nadie la vio, es como si hubiera desaparecido del lugar.

—Por favor encárgate de buscarla por todos lados. Es imposible que haya desaparecido dejando a su hija. —Todos en la mesa están en silencio.

—¿Qué haremos si la mamá no aparece? —Pregunta mi elegida llena de preocupación.

—Tiene que aparecer, que corazón tendría como para abandonar a la niña —de cierta forma me molesta.

—Tranquilos, si no aparece esta noche, la niña se puede quedar aquí en el castillo. No la dejaremos que se vaya a otra parte. —Dice mi madre muy segura.

—Estoy de acuerdo. —Todos los presentes asienten y comienzan a decir que es lo mejor.

Espero que pronto aparezca la madre, no quiero que Shey se encariñe con ella y luego tenga que dejarla ir. O tal vez esta pequeña de cabello rizado ha llegado con el otro fin, no lo descubriremos hasta que sepamos la verdad.

 O tal vez esta pequeña de cabello rizado ha llegado con el otro fin, no lo descubriremos hasta que sepamos la verdad

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.
ENTRE AMOR, REALEZA Y HECHIZOSOnde histórias criam vida. Descubra agora