—Quiero quedarme aquí.

—Tendrás que mudarte igual si es la universidad a la que creo que quieres postular, está lejos de aquí. —Xiao Zhan asintió.

—Me mudaré, eso no es un problema, tengo mis ahorros y con eso pagare mi renta.

Han sentía que había perdido a su hijo en muchos sentidos y ese sentimiento no le dejaba en paz, sentía que Liu Ting lo había puesto en su contra con sus pensamientos moralistas sobre la vida y lo había convertido en el chico que parecía, en el frágil Xiao Zhan que ahora salía con un hombre y se emocionaba al verlo, eso no pasaba desapercibido por Han y le dolía mucho la posibilidad que su único hijo fuera gay, él no iba a permitirlo... aunque fuera mayor de edad y ya no podía decidir sobre su vida.

—¿Por qué no regresas aquí? —pregunto Xiao Zhan, extendiendo una mano para tocar la de su padre sobre la mesa.

—Aquí no tengo el trabajo que deseo hijo, allá soy mi propio jefe, administro la casa de diseño yo mismo, aquí, ¿dónde? En mi anterior trabajo estaba bajo muchos jefes, no era fácil. — Su padre se había ido para que su madre no viera las cosas que él hacía allá, con las mujeres, además una de sus amantes era de allá y le ayudó a instalarse en esa ciudad.

—Puedes venir siempre que desees, yo te quiero papá, no creas que no, pero ya tengo mi vida aquí y no la dejaré.

—Dime que no tiene que ver ese chico, dime que no es lo que estoy sospechando de ustedes. —Xiao Zhan bajó la cabeza, dejó de tocarle la mano a su papá y se sonrojó comenzando a pensar en alguna cosa—. A mi hijo le gustan las mujeres, ¿no es así? Recuerdo a tus quince años, te instruí cómo conquistar una, ¿recuerdas? —Xiao Zhan asintió—. ¿Por qué dudas al responder? ¿Qué pasa Xiao Zhan? ¿Ese chico te acosa? A veces creo que tu madre avala eso, quizá ese chico está queriendo pervertirte...

—Papá, no, Yibo es... es mi amigo —prefirió mentir.

—Amigo al cual te emocionas verlo como si fuera algo más, amigo a quien le has tomado de la mano ayer, lo vi. —Xiao Zhan se sobresaltó, ni cuenta se había dado que, efectivamente, lo había tomado de la mano para ir a la cocina a comer pastel, no pensó que su padre se fijaría en eso—. Amigo que prefieres que se quede a dormir en casa en vez que tu padre.

—Es un amigo especial y no detallaré mis cosas. —Se puso firme y el corazón de Han dolió.

—Será mejor que pienses en ir conmigo, Xiao Zhan, ya no es una petición, es una orden, te vendrás conmigo.

—No quiero discutirlo, papá, por favor. —Han no dijo más, pero ahora sentía un cierto desprecio por Liu Ting, quería gritarle y reclamarle qué demonios estaba haciendo con su hijo varón, el único que tenía... su sucesor.


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—¡Yibo! ¡Yibo! ¡Mi hermanito Yibo ha vuelto! —Gritaba el pequeño Jin en toda la casa, corriendo por el pasillo de arriba, bajando las escaleras y gritando en la sala—. ¡Yibo ha vuelto! —Yibo reía. De todas formas, lo extrañaba, aunque a veces pelearan.

—¡Cálmate o me voy! —amenazó y Jin corrió hacia él para abrazarlo y Yibo lo cargó—. Pesas mucho, se ve que comes bien.

—Es por no comer brócoli.

—Oye campeón, ¿Qué es de tu amigo ese gordito que venía a verte? —Jin se puso serio antes de responder.

—Explotó.

—No bromeo, ¿qué es de tus amigos, por qué ya no vienen? —Yibo se había dado cuenta que Jin estaba solo la mayor parte del tiempo y eso no estaba bien, todo niño debía tener vida social y ya sabía en la escuela que no tenía amigos.

BABYSITTERWhere stories live. Discover now