۝ CAPÍTULO 3 ۝

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Año 720

Mirar las injusticias, también te hacen miserable

Alise una parte del vestido mientras esperaba que Yera hablará con mi tía para que me acercará al carruaje.

Estaba afuera parada siendo vigilada por los soldados que llevaban su armadura y una espalda, ellos estaban parados en la puerta de mi cuarto , estaba el sol escondiéndose lentamente.

Yera me había ayudado a cambiarme, llevaba ropa interior — Algo distinto y casi parecido a lo que llevaba antes , pero los sostenes eran bastantes cómodos, bastante a decir verdad —  y un vestido color rosa palo suelto y largo nada pomposo o muy llamativo — Aunque sentía que era muy transparente, me vi y no dejaba nada que ver de mi cuerpo, al menos parecía a lo que yo dibujaba para la secundaria como una señorita de una casa debería de estar — siempre una señorita — según Yera — lleva colores claritos, casi blanco — que significa la pureza y juventud entre las chicas  — este tenía mangas y al final en mi muñeca tenía una manilla pesadas que se conectaba con mi manga del vestido. El pelo, me hizo unas trenzas y las unió poniéndome un broche en la unión de ambos. Para dejar lo que no trenzo suelto

Me puso un poco de cómo polvo en la piel, un polvito rojo y de un frasquito, unto en su dedo un poco y lo paso por mis labios para que tuviera color, aunque mi piel es blanca necesitaba color de todas formas. No pregunte de como se obtiene estos productos de belleza.

— Vamos... — Yera se acerca con un grupo de chicas que visten con ropa de color morado oscuro, caminan con la cabeza agachada.

— Señorita — Dicen en unísono haciendo una leve reverencia.

— Vamos — Le digo a Yera, quien me ayuda a poner los zapatos verdes de tela y salimos, la sigo a ella.

Puedo admirar como es está gran casa, el gran patio y como limperas⁵ colgaban de muchos postes de toda la casa que había.

No hay duda alguna, no estoy en una escena de películas

Las grandes murallas de la casa me sorprendieron y los soldados que pasaban corriendo mientras hacían reverencia antes de irse también.

Estuve cerca del carruaje, que nos esperaba afuera de la gran casa que estamos.

¿Dónde está mi descanso dicho por el doctor?

Mi tía, esperaba ansiosa al lado de la puerta de ello, también tenía a su grupo de chicas tras de ella.

Camine un poco rápido hasta llegar a ella y preguntarle si era necesario que vaya. — Yo realmente no quiero ir — Pero fue más rápida, me tomó de los hombros deteniendome

LAMPERÍ © Where stories live. Discover now