𝚃𝚞́ 𝚚𝚞𝚎 𝚕𝚊 𝚟𝚎𝚜

Magsimula sa umpisa
                                    

Diana A.- Bueno hay que desayunar, después te vas a tu cuarto y no sales de ahí hasta que este todo listo ¿Ok?

Ana.- Esta bien mi reina, a ti no te puedo decir que no.

Narrador omnisciente

Ana comenzó a hacer el desayuno mientras Diana A le ayudaba, por otro lado Diana V comenzó hacer llamadas importantes para poder organizar la fiesta de Ana.

Ana y Diana A terminaron de hacer el desayuno, lo sirvieron y las tres se sentaron a comer. Después de terminar Ana se levantó y comenzó a recoger los platos para después lavarlos pero Diana A la detuvo.

Diana A.- No, no, no, tú te tienes que ir a arreglar, yo lavo los platos no te preocupes. —Puso sus manos en la espalda de Ana y la movió hacia adelante como señal para que se fuera.

Ana.- Está bien, está bien. Ya me voy —soltó algunas risas.

Ana se dirigió a su habitación y al entrar lo primero que hizo fue sentarse en su cama y tomó su celular.

Narra Ana

Me senté en la cama y tomé mi celular, entré a mis redes para agradecer a mis fans por todos sus buenos deseos, además de que quería ver todo lo que habían publicado. No soy mucho de usar redes sociales, creo que la app que más uso es WhatsApp y eso a veces.

A la primera red social a la que entré fue a twitter y ví muchas publicaciones lindas de mis fans, así que me di un tiempo para contestarles, no entiendo porque de pronto me dieron ganas de ver lo que publicaban algunos fans, así que entré en uno que otro perfil, me sorprendí mucho al ver que la gente me emparejaba mucho con Vero, no me puedo creer que hasta ahora se vengan a dar cuenta de que tuvimos algo. Me entró mucho sentimiento, tristeza e impotencia al ver tantos vídeos de nosotras dos juntas, aún recuerdo el olor de su piel, el sabor de su labios. De pronto a mi mente llegaron tantos recuerdos.

Recordé como nos escondíamos en los camerinos al terminar algún show, como la hacía mía en esos lugares tan clandestinos. Recuerdo esas veladas en mi casa; esas veladas en donde nos sentábamos frente a la chimenea mientras yo le tocaba algunas canciones con mi guitarra, esas noches donde se quedaba dormida en mis brazos, recuerdo como la hacía reír, esa risa era el motor de mi existir, esa risa que me hacía viajar a lugares increíbles. Recuerdo la suavidad de su piel, recuerdo el brillo de sus ojos verdes, esos mismos ojos verdes que me robaron el corazón, esos ojos verdes que voltearon mi mundo por completo. Ella definitivamente dejó huella en mí y nunca la podré olvidar.

Un sonido me sacó de mi transe, era el sonido de mi celular que comenzó a timbrar, era una llamada me mi amigo Jorge Muñiz, sin pensarlo dos veces contesté.

Jorge.- ¿Bueno? ¿Ana?

Ana.- Bueno, ¿cómo estás compadre?

Jorge.- Anita, bien, bien ¿ y tú? Yo creo que andas muy bien por tus 46 años ¿Verdad?

Ana.- ¡Ay Compadre! me alegro que estés bien, pues yo si ando feliz por tantos años, estoy muy agradecida.

Jorge.- ¡Que bueno! ¡Que bueno! Pues muchas felicidades mi Anita bella.

Ana.- Gracias compadre. Oye no sé si puedas y si quieras, pero Diana V y Diana A me están organizando una fiesta por estos 46 años, entonces no sé si te gustaría venir.

❥︎ 𝕐 𝔸𝕢𝕦𝕚̀ 𝔼𝕤𝕥𝕠𝕪 ❥︎  (PAUSADA SIN INTENCIONES DE CONTINUAR).Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon