Sentimientos no permitidos

CAPÍTULO IV

-Yo no miento, ni tampoco tengo porque mentir, para mí eres súper tierna.- Dijo mirándome a los ojos. Acabe con una sonrisa en la cara, el día se me había hecho súper largo y ya eran las ocho de la tarde y ya me encontraba un poco cansada. -¿Te apetece ir al cine?- Pregunto mientras manejaba en volante.

-La verdad no tengo muchas ganas de ir al cine estoy un poco casada.- Conteste mirando al frente. - Está bien yo también estoy casado mañana tendré un día muy largo mejor vamos a casa a descansar.- Contesto mirándome de reojo.

Bueno llamarlo casa a si tal cual, me cuesta hacerlo, este día no me puede sorprender más de lo que ha hecho. De camino se escuchaba por la radio una música en particular, más bien es una de mis canciones favoritas era "Youngblood de 5 seconds of summer", como alguien podría resistirse a esa maldita canción llevo estando adicta a esa canción desde el año 2018, y como os podréis imaginar cuando llego el estribillo no me quedo más opción que cantarlo a todo pulmón. -Oye no cantas mal.- Me dijo con una sonrisa en la cara. Continué el camino con una sonrisa en la cara.

Llegamos a casa y decidí esperar a Alexander en las escaleras – ¿Quieres tomar algo de merienda?- Me preguntó.-No prefiero quedarme en mi habitación, por cierto me puedes llevar hasta allí.- Le dije roja como un tomate.

Entonces se dirigió a una habitación que estaba a la derecha de una de las escaleras, se metió y segundos después salió con un papel en la mano.-Aquí tienes, estos son los planos de la casa es mejor que te lo vayas aprendiendo, ya que esta es tu nueva casa.- Dijo mientras subía las escaleras y se metía en la puerta grande que se veía desde la planta baja.

Podéis haceros a la idea; yo, un plano, le encontráis la lógica... Pues yo tampoco la verdad, no entiendo de planos, en el internado solían jugar a la búsqueda del tesoro, mientras ello jugaban yo estaba tan tranquila en mi cuarto devorándome unos tres libros no sabía que los juegos te podrían servir de algo. Pero ahora no me sirve de nada quejarme mejor me ponía en marcha a buscar esa maldita habitación.

Empecé a orientarme, la verdad no era tan difícil si sabes donde estás consigues orientarte, había llegado a la cocina y también al patio, desde allí se podía ver mi habitación, pero no sabía cómo llegar hasta allí, hasta pensé en hacer escalada, pero no soy buena en deportes.

Me metí en el pasillo principal y me llevo a la habitación en el cual me había encontrado Alexander y me tumbe en la cama. –No le importará que me quede en una habitación que no sea la mía, ¿no? Pues ya esta me he cansado de andar.- Dije tirándome en la cama. Salí al balcón a observar las buenas vistas que tenía la habitación.

Minutos después escuché una puerta abrirse de tras de mí.- ¿Qué haces aquí? Deberías estar es una habitación. ¿Qué pasa no te gusta?- Dijo la voz de Alexander detrás de mí.-No es eso, el problema es que no entiendo de planos y no sé cómo llegar a mi habitación- Dije girando hacia él.

Él llevaba una bata blanca tapando sus partes íntimas, tenía el pelo mojado y parecía que había salido de la ducha. No tuve más opción que dar media vuelta rápidamente.-Está bien ahora te acompaño a tu habitación, para saber cuál es tu habitación hay un cartel que pone tu nombre en la puerta.-  Dijo mientras se metía en una sala.

Diez minutos después.

-¿Qué has hecho con el mapa que te di?-  Me pregunto mientras este se posicionaba en frente de mí. –El problema es que no entiendo muy bien de mapas y creo que con el mapa me abría liado mucho más.- Dije yo sonrojada como un tomate. Soltó de nuevo una de esas de sus carcajadas que te hacían resaltar en tu sitio.-¿Por qué te ríes? No lo entiendo.- Comente muy confusa. -Nada es que me haces reír.- Dijo entre risas. 

Llegamos a mi habitación y como había dicho, había una gran puerta con mi nombre en ella, no me había dado cuenta de esto hasta ahora. Me metí en mi habitación y me senté encima de la cama. 

-Si necesitas algo solo llámame.- Dijo este antes de cerrar la puerta de mi habitación.

Cuando se fue, me senté a ver la televisión hacia ya tiempo que no lo veía, si preguntáis por qué, es porque en el orfanato había como mucho cinco televisiones y la gran mayoría de ellos estaban ocupadas por los profesores, algunos de los niños del orfanato y algún que otro bad boy y era mejor no meterte en líos con esas personas.

Minutos después me sonó el teléfono móvil era un número desconocido, nunca contestaba a eso números así que decidí ignorarlo. De tantas compras y tanto movimiento ya me había agotado así que fui a dormir.

DESDE EL PUNTO DE VISTA DE ALEXANDER. (FLASH BACK)

Como no un día normal en el trabajo mucho curro y muchas cosas que hacer ¿quién me habrá mandado hacer este trabajo de mierda?- Señor Gates, por favor venga, necesitamos su opinión sobre este producto.- Apareció mi secretaria para despertarme de mis humildes pensamientos. -Si ahora vengo.- Dije levantándome del asiento. 

-¿Qué ocurre ahora?- Dije despreocupado. -Seños Gates, al parecer las empresas de SAP, nos  están superando en acciones y ganancias y el sector financiero necesita que usted tome una decisión. También Brian ha encontrado algunas cosas que se podrían mejor en el Microsoft.- Dijo uno de mis empresarios. -Está bien dile a Brian que se pase por mi despacho para que me explique en que consiste, y lo de las acciones ya tendré una reunión con los empresarios para hablar de ese tema. Si no me necesitas más volveré a mi despacho.- Dije mientras salía de la sala. 

-Señor Gates cuando quiere hacer la entrevista, los periodistas no paran con llamadas y quieren que les des unas cuantas explicaciones.- Me dijo mi ayudante en marketing. -Alina tú encárgate de eso, cuantas veces te he dicho que no quiero hacer ninguna entrevista hasta que no terminemos con el proyecto.- Dije muy enojado.-Pero señor...- Dijo antes de que una llamada la interrumpiese.