➹En medio➷

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Quien iba a decirme hace un par de años que iba a odiar total y absolutamente los viernes.

Si, el fin de semana comienza y las clases terminan hasta el lunes pero realmente estoy prefiriendo tener seis horas seguidas de matemáticas antes que soportar el berrinche de Yiwanji hace cada maldito viernes.

Para que se entienda la situación, voy a explicar lo que ocurre cada tarde después de salir de clases. Yibo es uno de los deportistas estrellas del Instituto, por lo cual debe quedarse entrenando cada tarde de cada domingo junto a los demás deportistas y creo que es obvio decir que no pienso perderme a mi mejor amigo haciendo lo que más le gusta.

Prácticamente voy para apoyarlo y darle comida o agua en sus descansos, ya que mientras el entrena yo hago mis deberes o me distraigo con cualquier cosa. O bueno, eso era hasta hace unos meses cuando Yiwanji vino y dijo que debía ser muy aburrido para mi estar dos horas viendo a personas sudar, así que se invitó a el mismo a acompañarme. Creo que no hace falta decir que a su hermano le pareció una horrible idea.

El caso es que Yiwanji fue quien quiere acompañarme, pero siempre se las arregla para encontrar una pega para algo y querer irse, haciendo uno de sus famosos berrinches cuando le digo que no voy a irme a no ser que Yibo lo haga también. ¿Cono va a dejar tirado a su hermano de esta manera?

Yibo esta harto de las quejas de Yiwanji y cuando se acerca, en uno de sus descansos, para beber agua de la botella que tenga a un lado de mis pies, no esconde la mirada fulminante que le echa.

— Podrías callarte ya, ¿no crees? —le suelta molestó.—Tienes a Zhan frito con tus putas estupideces.

El menor de los gemelos pone cara de indignado y se levanta para encarar a su hermano.—¡Es que estoy harto de tener que pasar dos malditas horas verte haciendo esta mierda!

Zhan tira de la mano de Yiwanji y este cae de nuevo sentado a su lado.—No comiencen o alguien va a todas escaleras abajo.—advierto seriamente.—Y A-Yi si quieres irte, sabes que puedes hacerlo. Estoy seguro que vas a pasarlo mejor con tus amigos que aquí.

P-pero...—hace un puchero.—No quiero dejarte solo, Zhan.

— Entonces mantén tus quejas para ti mismo, tonto.—el silbato suena en cuanto Yibo deja de hablar y sabe que esa es la señal para volver a su última media hora de entrenamiento.— Golpealo si sigue siendo un tocapelotas.—me regala una sonrisa y baja trotando las gradas.

La rodilla de mi amigo golpea la mía llamando mi atención. Elevó una cena expectante para ver que va a soltar ahora por esa boquita.—Tenías que defenderme a mi.

— Sabes que no me gusta ponerme del lado de ninguno de los dos, ambos son mis mejores amigos.—Suelto una risa.—Pero también me agotan con sus tontas peleas.

Hace una mueca en fingida ofensa.—¡Tu sabes que es el quien siempre empieza!—se defiende y echa una mirada despectiva hacia donde se encuentra Yibo.

Golpeo su cabeza y le reprendo con la mirada.—Lose, pero tu mejor que nadie sabes como es la personalidad de Yibo, el es explosivo y no debes seguir su juego porque terminas mal ¡y yo siempre término en el medio de los dos como su esto fuera un sándwich!

Se ríe como si hubiera contado un chiste, pero no es divertido. Les he amenazado muchas veces con que terminen con sus estúpidas discusiones o dejaría de hablarles pero siempre acaban tomandoselo a broma o algo.

— Lo siento, ¿si? —ruedo los ojos porque no puedo molestarme con ninguno de los dos por más de cinco minutos y aceptó gustoso el abrazo que me ofrece.—Pero tienes que admitir que mis abrazos son mejores que los de Yibo.

Separó mi cabeza para echarle una mala mirada.—¿Algun día dejaran de competir?

—El mismo día que admiras quien es mejor de los dos.—responde con un encogimiento de hombros.

— Ese día nunca va a llegar.—tarareo y me separó de su abrazo para molestarle.—Y en todo caso, yo soy el mejor entre los tres, así que no tienen oportunidad contra mi.

Una bolsa de Deportes cae enfrente de nosotros y pego el salto de mi vida mientras sigo sentado. Miro a Yibo y con una mirada divertida me saluda.—Gracias por intentar matarme.—sonríe de lado y abre sus brazos.

— He visto que estaban en una sesión de abrazos y ahora quiero el que me merezco.—me levanto mientras rio y paso mis brazos por su cuello, tocando el cabello de su nuca para hacerle cosquillas.—¿A que mis abrazos son mejores? —me rio por que ambos me preguntaron lo mismo.

— ¿Por que te lo mereces?

Suelta una risa cerca de mi oído y sonrió.— Duh, por existir en si, ¿por que sino? —bromea y golpeo su brazo.

— Ah, tienes tanto músculo que seguro ni lo sentiste.—me quejó con un puchero.

Yibo mira a su hermano mientras sonríe egocéntricamente y se que va q decir algo en su contra, a su que pellizco la piel de su mano y suelta un quejido.—Ni se te ocurra, ya me llegaron sus peleas por hoy.—susurró y rueda los ojos, pero me hace caso y se mantiene callado.

— Vamos a casa anda, debes estar deseando salir de aquí hermanito.—juega con las llaves de su coche y camina a mi derecha.

— Al igual que estoy deseando que salgas de mi vista.—murmura a mi lado izquierdo Yiwanji y gracias al cielo, Yibo no logró oirlo.

Miro al cielo, y le preguntó a las nubes o lo que sea que haya allí arriba, el por que me tocaron dos mejores amigos así.

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F por el coche, Yibo ama los motos pero también tuve que pensar en nuestro Yiwanji uu

He Or Me [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora