A DOS BANDAS

Hola mi nombre es sircalius que es mi nombre campesino pero otros me conocen como ranbeldor, que es mi nombre de noble, hoy os voy a contar la historia de mi vida.

Mi padre era un noble llamado Rindo que estaba contra las órdenes del rey, pero curiosamente era muy cercano a él, mi madre llamada partela, era una campesina viuda que vivía en mal estado. Un dia mi padre la encontró en el campo, los nobles le habían pillado matando a un animal del bosque porque sus Cultivos se habían desperdiciado a causa de que unos animales por la noche se lo habían comido todo. Mi padre la vio allí, apunto de morir, desesperadamente por salvarla les dijo que él se encargaba y cuando se fueron mi padre la escondió.

tras un tiempo conociéndose acabaron siendo pareja y tres años después nací yo.

Yo tengo una doble vida, la de noble y la de campesino, que es bastante molesto la verdad, yo me llevo muy bien con mis amigos campesinos, pero cuando estoy con mis amigos nobles, no paran de decir lo desgraciados que son los campesinos, y yo como no, me hago el tonto, no tengo mas remedio que hacerlo. Cuando nací mi padre me presentó al rey, y me dio un amuleto raro de muestra de confianza, si te digo la verdad, lo tengo en un cajón cogiendo polvo y cuando mi padre va a verle y me quiere llevar con él, me lo pongo y digo que estoy todo el dia con el, y el complacido me dice que se siente halagado, ja!, como si le importara al rey que un niño como yo llevara un colgante de pacotilla.

Cuando tenía 6 años mi padre y mi madre me hicieron jurar que nunca le contaría a nadie que estaban juntos, y muchísimo menos que tenían un hijo, dijeron, que los matarían al segundo sin pensarselo 2 veces. Yo como no, se lo jure, me cuesta hablar a veces con mis amigos campesinos porque yo como parte noble se muchas cosas, pero me tengo que hacer el imbécil para que no sospechen, pero si te digo la verdad, dudo mucho que alguien se pueda pensar eso, en mi época eso se considera algo más que imposible. Yo me llevaba muy bien con el rey, o eso le hacía pensar yo, mucho poder pero 3 dedos de frente, le odiaba a muerte, siempre iba con la cabeza bien alta, mandando de aquel lado a otro, y bueno ya si hablamos de su estúpido hijo llamado igual que su padre tarles el grande, más bien tarles el tartaludo y creído.

Mi vida noble era agotadora siempre, que si teniendome que preparar para ser soldado o que si leer, escribir ,hablar de que universidad ir de escritura, estoy harto ya de tanta mierda de mi futuro, mi vida campesina era tranquila y aburrida casi siempre jugando o con la familia o ayudando en el huerto.

Mis amigos nobles me llamaban el enfermo, porque siempre decía que estaba enfermo pero estaba en mi otra vida, y mis amigos campesinos me llamaban el viajes, porque les decía que me iba de viaje yo solo al bosque a buscar frutos, los cuales acababa comprando. no le podía decir con quien porque si no ya sabes todo mi esfuerzo para esconder mi vida,se iría al garete.

cuando cumpli los 15 años, me mandaron a la ciudad de puertalia, porque el rey tenía confianza en mí y quería que yo y mi padre fuéramos allí para quei padre fuera cada lunes y martes guardaespaldas del rey, y yo como no del imbécil de su hijo, era increíble como tarles hacia todo lo posible para cabrearme, siempre estaba con lo mismo, Ranbeldor tráeme esto, tráeme lo otro, estoy aburrido da una vuelta a el castillo, venga 30 flecciones, estaba harto!. Pero si os digo la verdad eso no era nada comparado con que ya no podía estar serca de mi madre, cada vez se hacia mas vieja y tenía que encargarse del huerto ella sola, bueno mi padre le traía comida, pero ella tenía que pagar impuesto al maldito rey, y intentar parecer que no le traían comida.

Con el paso del tiempo, me metian mas y mas responsabilidad, y ya casi ni veía a mi madre eso me ponía triste tanto que a veces me tenía que tomar descansos para llorar, siempre procurando que fuera en un lugar que nadie me viera, bueno una vez tarles me pillo pero le dije que lloraba al ver que bonito era el reino, ese maldito creído dijo, lo se, y se fue, ojala tubiera tan alto su nivel de inteligencia como el de creído, a sí a lo mejor me dejaba en paz de vez en cuando.