✿| Broken heart

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—No es lo que piensas —dijo y aunque JiMin notó cierto pánico en el rostro contrario se dijo así mismo que no debía caer en el mismo juego de siempre, esa confianza ciega que lo había hecho sufrir en sus últimas dos relaciones.

—No, no es lo que pienso, es lo que vi con mis propios ojos, por favor ya no sigas, no tiene caso justificarte cuando los últimos meses me has dejado de lado, sólo... sólo debías decir que ya no querías estar a mi lado ¿sabes?, lo hubiese comprendido, después de todo no tenemos nada oficial —sonrió sin gracia—, pero no, preferiste ocultarlo y eso es tan estúpido de tu parte.

—JiMin —suplicó, sus ojos moviéndose sin parar para poderse explicar pero JiMin no se lo permitió.

—Saldré, cuando... cuando vuelva espero no tener que ver nada tuyo dentro.

Y salió. Sin mirar atrás, sin siquiera regalarle una última mirada. Y por más que quiso detenerlo, por más que quiso interponerse en su salida, sabía que era lo mejor para JiMin. No era justo que le siguiera dando tanto cariño cuando él solo podía devolverle una pequeña parte.

[ ✿ ]

Eran pasadas las doce de la noche cuando regresó a su apartamento, había llorado tanto en brazos de Seokjin que incluso su voz se había perdido. Su mano tembló al ingresar la llave y al entrar se encontró con las luces prendidas. Gran parte de subconsciente pedía a gritos que YoonGi no se haya ido como le había pedido, deseó que se hubiese quedado a reparar su corazón roto, sin embargo sólo se halló con el sillón bien acomodado y sin el periódico del mayor en la mesita de vidrio. Su corazón se agitó y dolió tanto porque al llegar a su habitación se vio a sí mismo solo y con un gran espacio en su armario sin las camisetas del mayor. Sus zapatos no estaban y tampoco sus productos de aseo sobre su mesita de noche. Se había ido y el caer en la realidad provocó que su pecho se alterara y volviera a llorar aún si se prometió no hacerlo cuando estaba en la casa de su amigo.

El sabor amargo bailó tan mal en su garganta cuando sobre la cama, doblado perfectamente se encontraba ese suéter que prácticamente había robado al mayor y este siempre le decía que lo lucia mejor, junto a este, escrito en la caligrafía de YoonGi se encontraba su libreta cerrada y un post-it pegado en la tapadera con un mensaje diciendo Sé feliz.

Su corazón se rompió más y sintió que el cuerpo ya no aguantaba su peso. Sollozo en el suelo, abrazándose así mismo y sintiendo los espasmos del llanto recorrerle el cuerpo entero. Su garganta quemó mientras las lágrimas nublaban sus ojos y recorrió su vista por la habitación con el dolor del amor no correspondido haciendo estragos en su ser. Quiso golpearse y odiarse porque apenas fue consciente de él siendo tan dependiente del pelinegro. De él necesitando su calor, su presencia; y quiso gritar tan mal porque sentía que la vida se le iba por su propia culpa, por su propia ilusión.

Y odio tanto a YoonGi porque no pudo corresponderle y porque fue tan feliz a su lado que era prácticamente imposible verse sonreír en el futuro como lo hacía con el mayor.

[ ✿ ]

Había pasado poco más de dos meses y aunque para muchos era el tiempo necesario y justo para haber olvidado al pelinegro, la verdad es que olvidar no era algo que precisamente haya logrado. No cuando iba y regresaba de su apartamento como muerto en vida. Entraba y salía de su casa sin objetivo en mente, solo deseando volver a dormir o perderse viendo alguna serie tonta en la televisión. La monotonía lo estaba matando, más cuando la costumbre de pasar por el edificio donde YoonGi trabajaba no se había ido, a veces, incluso, se encontraba así mismo comprando dos cafés, uno más amargo que el otro, y cuando caía en cuenta de que YoonGi ya no estaba para agradecerle por el café, sonreía torpemente a la cajera para cancelar el pedido.

Purple Tears; YoonMin/윤민Where stories live. Discover now