Capítulo 2

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[N/A: Quizá edite este capítulo]

–¿Eh?–
Fue lo único que logró salir de la boca del azabache, había escuchado perfectamente las palabras que había dicho el jefe Ubuyashiki, pero simplemente no podía creérselas. Su cuerpo empezó a temblar y sudar frío, víctima del nerviosismo; sin embargo, dichos nervios no parecían mostrarse en la cara del cazador, esta permanecía con la misma expresión de hace rato, cosa que no pasó desapercibida por nadie de los presentes

– Oye, Oyakata-sama te ha hablado, responde– carraspeo Sanemi, uno de los pocos que no se habían extrañado con su expresión

Kagaya alzó la mano pidiéndole a Sanemi guardar silencio, cosa que este hizo
–Kotaro– llamó

El nombrado guardó silencio, fijo su mirada en la nichirinto que tenía a su mano izquierda, mientras acariciaba suavemente un kanji grabado en la base de la empuñadura

–Entiendo que quieras quedarte en donde estás para así ir a misiones con los de menor rango– hablo el Ubiyashiki– Pero ambos sabemos que tu "extraña habilidad" es para otras cosas. Así que ¿Que me dices?

–Yo...– se detuvo un momento a pensarlo con claridad, dejando a los demás expectantes a su respuesta– Lo siento mucho, Oyakata-sama, pero no aceptaré su oferta– dio una pequeña reverencia en señal de disculpa. Kagaya suspiró
–No obstante.., si es que el destino así no lo desea y alguno de actuales pilares llegase a morir.. yo tomaré su lugar, sin oponerme–

El patrón asintió indicando que estaba de acuerdo con su respuesta

Y así termino la reunión, al menos para Kotaro

(...)

Luego de haber acompañado a los demás en la comida Kotaro decidió retirarse antes de que empezaran a hablar sobre otros temas acerca de la organización. No es que le importasen, es solo que se sentiría fuera de lugar ahí

Al salir de la finca del patrón fue despedido por Amane, la esposa del líder, y por algunas de sus hijas y se encaminó directo a su hogar, en la finca mariposa. En medio de su camino su cuervo llegó junto a él y le informó que su ayuda era necesitada urgentemente en la enfermería de la finca, por lo que apresuró el paso

Al llegar puedo escuchar los gritos de uno de los pacientes de Aoi, reclamando que no deseaba tomar su medicina. Se acercó a la habitación de donde provenía el sonido de los gritos encontrando ahí a Aoi que estaba discutiendo con un chico rubio que poco más y ya estaba al borde del colapso por todo lo que se veía que había llorado, y también ahí estaba el muchacho de la reunión, Tanjiro, sino mal recuerda, intentando calmar al otro

La de coletas se percató de la presencia del mayor
–Oh, Kotaro-san, que bueno que llegó– dijo mientras seguía intentando que el rubio tomase la medicina– siento molestarlo pero necesito un poco de ayuda aquí–pidió entre dientes, enojada

–Seguro..– se acercó a unos cajones donde sacó unas pequeñas agujas. Acto seguido fue con el rubio y le clavó un par en la cara, dejándolo con la boca abierta, sin poder cerrarla por cuenta propia. Aoi aprovechó aquello y roció todo  el contenido del vaso a su boca, obligándolo a beberlo

El azabache retiró las agujas al ver que ya se había bebido el líquido haciendo que el muchacho comenzara a toser con un gesto de disgusto

–Z-Zenitsu ¿Estas bien?– preguntó desesperado el pelirrojo– ¡¿Que le hizo?!– le cuestionó

–Acupuntura..– soltó – Tu.. eres Tanjiro ¿verdad?– el asintió– ¿Donde está tu hermana? La demonio– interrogó nervioso, sin embargo, su expresión sería no cambio, asustando a Tanjiro

–¿P-para que quiere saberlo?– frunció el ceño

Antes de poder seguir Aoi le hablo pidiéndole ayuda con los demás heridos que habían de la montaña. Kotaro asintió con la cabeza y se retiró de la habitación sin más, dejando confundido a Tanjiro

(...)

El azabache llegó a otra habitación de la finca, al entrar vio a un considerable número de cazadores, todos con bastantes vendajes, incluso algunos completamente cubiertos, sin poder moverse en lo absoluto; ahí también se encontraban las pequeñas de la finca. Sumi, Naho y Kiyo. Estas al percatarse de la presencia del mayor fueron a abrazarlo. Él las saludo revolviéndoles el cabello

–Veo que han estado trabajando muy duro– soltó mientras le daba un segundo chequeo a los pacientes

–Si, estuvimos trabajando casi toda la noche– dijo Naho

–¿De veras?– preguntó preocupado. Las tres asintieron–Deberían ir a dormir un poco.. yo me ocuparé de esto– las pequeñas le dieron las gracias por su oferta, se despidieron de él y acto seguido se retiraron de la habitación

El azabache comenzó a caminar en línea recta revisando con la mirada a cada uno de los heridos hasta que dijo su vista en la camilla donde una cazadora, que se encontraba dormida, se movía de forma torpe y soltaba algunos quejidos

Kotaro se acercó a ella, leyó el papel donde estaba su nombre y trató de despertarla cuidadosamente pues sus brazos parecían muy dañados y tenía una almohadilla cubriendo todo su cuello

–O-Ozaki-san– murmuró mientras daba pequeños piquetes en su frente–Ozaki-san..–repitió. Hizo lo mismo un par de veces más hasta que esta despertó de golpe, queriendo levantarse, pero sin poder hacerlo por el dolor
–Ahhh– se cubrió el rostro, asustado, aunque su rostro no lo mostrase– Q-que bueno que estes despierta– la chica no respondió, ella tenía la mirada perdida con una expresión de temor en su rostro– ¿Ozaki-san?– posó su mano en su hombro y la muchacha reaccionó de golpe queriendo voltear su cuello, sin embargo, la almohadilla se lo impedía por lo que solo volteó los ojos con algo de temor logrando ver el semblante serio del azabache

–¿Q-quien eres tú?– cuestionó asustada– ¿Donde estoy?

– Mi nombre es Yoko Kotaro, estás en la finca mariposa– soltó mientras le miraba la cara muy concentrado, poniendo nerviosa y asustada a la cazadora –... Oh! Te recuerdo! Eres la chica que tenía el cuello fracturado!

– ¿¡E... Ehh!?– quiso llevar sus manos a su cuello, sintiendo un intenso dolor en el proceso– ¿C-Como?...

– Me dijeron que te encontraron colgada de un árbol, t-te trajeron conmigo y reacomode tu cuello. Si lo hubieran retorcido unos centímetros más no hubiera podido salvarte. Tuviste mucha suerte– hizo una pequeña pausa– ¿Shinobu-san?– indagó dándose la vuelta

La susodicha se encontraba a unos centímetros de distancia con los brazos elevados, quizá con la intención de impresionar y asustar al azabache

– Bien, sigues teniendo ese toque..– respondió ella con una sonrisa

«¿Cuando es que entró?» se preguntó Ozaki anonadada

–¿Pasa algo?– preguntó Kotaro. Shinobu asintió

–Quiero que me hagas un pequeño favor

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Bueno eso ha sido todo por esta ocasión.

La verdad es que no me ha terminado de convencer este cap, pero no soy muy bueno escribiendo, como se habrán dado cuenta

De igual forma, espero les haya gustado

"Colores Únicos" || Kimetsu no yaiba || OcWhere stories live. Discover now