—¿Ah?

—¿Qué día?

—Dentro de tres días, el viernes... Mi padre vino por eso, desea estar para mi cumpleaños.

—Ese día serás mío— Yibo murmuro cosa que no pudo ser oído por Xiao Zhan.

—¿Qué dices?.

—Yo me entiendo —dijo con una sonrisa, no pudo contener esas ganas de tenerlo lejos, estaba casi seguro que si por lo menos no tenía algo de Xiao Zhan esa noche no podría dormir tranquilo—. Ven aquí. —Extendió una mano y Xiao Zhan dudó un poco, pero un beso de buenas noches era lo que quería en esos momentos, caminado de puntitas hacia la cama de Yibo.

Xiao Zhan sabía que no debía provocarlo, lo que había pasado ayer había sido demasiado extraño para él, pero no podía negar que le había gustado, deseaba tanto sentir más de esas sensaciones en su cuerpo y así sentir que Yibo le quería, porque no había otra forma en la que le demostrara eso.

Tomó su mano y fue jalado hacia la cama tan rápido. Se puso rojo de la vergüenza de solo imaginar que Yibo lo besaría hasta el cansancio. Ahorcadillas sobre Yibo, con sus brazos en sus hombros, se dejaba besar en sus labios.

A Yibo le encantaba que se dejara, últimamente Xiao Zhan no ponía resistencia como antes, y este solo deseaba que Yibo sea quien tomara la iniciativa porque ya había aprendido que se pondría brusco si lo provocaba.

Besaba su largo cuello y Xiao Zhan jadeaba comenzando a moverse sobre Yibo, éste llevó sus manos a su trasero y ocasionó toda una agitación de parte del pelinegro. Lo mordió en los labios y luego de eso lo besó intensamente, tanto que Xiao Zhan no podía controlar los temblores de su cuerpo, se había excitado en segundos y se sentía flotar.

—¿Xiao Zhan? —llamó su madre desde afuera y ambos se separaron muy asustados.

—¿Qué le pasa a tu mamá? —dijo Yibo frustrado.

Xiao Zhan se levantó de sobre Yibo tan rápido y lo miró angustiado y agitado. —Hasta mañana, Yibo —dijo rápido y caminó veloz hacia la puerta.

Salió de la habitación y casi corrió a la suya, Liu Ting estaba en el pasillo y ya le había advertido en la cena, mientras Yibo no estaba, que si lo encontraba en el cuarto de Yibo o al revés le pediría que se vaya de la casa; Xiao Zhan lo había discutido mucho, pero estaba en desventaja, Liu Ting le había dicho que ya había permitido mucho, ¿Qué madre haría eso? Ninguna, Xiao Zhan debía estar agradecido, pero tampoco iba a permitir que en sus narices se encamaran como si nada. Aunque ya Liu Ting le había dado preservativos porque sabía que en algún momento pasaría, su hijo no era un niño, aun así, ella deseaba protegerlo.

Liu Ting entró a la habitación de Xiao Zhan y éste trataba de envolverse bien en las mantas.

—Solo le decía buenas noches, nada más eso, no tienes porqué tratarme como un bebé, me haces pasar vergüenza delante de él —dijo avergonzado.

—Te lo advertí, no quiero que te encierres con él en una habitación. Aún no he visto que Yibo demuestre amor por ti, yo sé lo que es estar perdidamente enamorado y hacer locuras, pero también sé lo que es simple deseo carnal y nada más. —Xiao Zhan permaneció en silencio, no tenía una respuesta—. El sexo no lo es todo hijo, son solo segundos de placer y si ese joven solo te va a querer para eso, ¿Cómo voy a permitir que se siga quedando en casa?

—Él me quiere —dijo defendiéndolo, aunque no era lo que él creía.

—Quiero ver que sea así, cuando vea algo, te lo diré y no estaré en plan de vigilante, mientras tanto, todas las noches me cercioraré que cada uno esté en su habitación o sino, él tiene una casa, ¿no? Le pediré que se regrese a ella.

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