Cuatro ☀

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Usualmente Grumpy no era bueno con las palabras.
Era algo que se notaba, normalmente al enojarse necesitaba espacio para calmarse y eventualmente todo regresaría a la normalidad. Cuando solía ser visto por su mamá, esta decía que era algo que tenía en común con su papá y a Grumpy, eso no le gustaba.

Pero regresando con los pensamientos del chico, para él eran más importantes las acciones, es decir; lo que se siente, se ve, ¿no?

Y por eso, a veces su mejor amigo lograba confundirlo, no respecto a sus sentimientos, el sabía lo que sentía, sino a sus intenciones.
¿Por qué le coqueteaba todo el tiempo? ¿Qué quería lograr con eso?
Bien era cierto que estaba acostumbrado, pues desde que tenía memoria lo hacia, pero no exactamente el porqué.

Su mente no lograba entender si su amigo sentía algo por él o solo era su forma de llevarse, al mismo tiempo que a su parecer; no se lo merecía.

A su vista eran claras sus diferencias, Funshine era el tipo que irriadaba de alegría, mientras él... Era extraño él simple hecho de imaginarse junto a su amigo.

Grumpy miro a Funshine, el cual estaba en el escritorio junto a otras personas, parecían divertirse.

Recosto su cabeza en sus brazos que tenía arriba de la mesa y se dispuso a solo ver a sus compañeros pasar, sintiendo frustración.

Hubo un tiempo en el que dejaron de hablar, y a pesar de no recordarlo con exactitud, no la pasó muy bien. Quién diría que todo ese embrollo había sido por su culpa.

Otra mitad...

¿A qué se refería? Su mamá solía decirle que tarde o temprano conocería a alguien que lo complementaría. Y sin ofender a su querida madre, pero le parecía una estupidez.

¿Estaba incompleto sin esa persona o cómo?
Él se sentía completo, sin necesidad de buscar y cómodo, especialmente.

Algo que si quería aprender, era a ser más demostrativo con Funshine, habían veces en las que decía las cosas sin pensar en sus consecuencias, y él lo entendía, agradecía eso. Pero también quería demostrarle cariño a su amigo, como lo hacia él.

El timbre sonó y unos segundos después se encontraba Funshine a su lado, picándole la mejilla.

— Hola, gruñon. — Rio juguetón.

— Funshine, ¿nos vamos? — Grumpy se levantó de su lugar y tomó sus cosas.

— ¿A dónde te complacería ir? — Camino para salir del aula, siendo acompañado por su amigo. — Por mi parte, creo que podríamos ir al parque, hace mucho que no vamos. Extraño ver como vigilas a la paloma para que no te persigan. — Rio con burla.

— Creo que-

— ¡Funshine! — Interrumpió la chica. — Oh, Grumpy. Bueno, no importa, solo te aviso que no voy a estar en casa. — Dijo rápido mirando a Funshine y se fue.

— Mejor para mi. — Funshine alzó sus hombros desinteresado y siguió con su camino junto a Grumpy. — ¿Vamos a mi casa entonces? Quería hacer un pastel, así podemos hacerlo juntos.

— Claro. Me gusta estar a solas contigo, me encanta de hecho. — Funshine lo miro algo incrédulo, pero emocionado, pues se escuchaba que hablaba en serio. — Cada día me despierto esperando el momento en el que pueda estar solo contigo porque-

— Sí, ya entendí. — Interrumpió y rodo los ojos.

Grumpy sonrió. Funshine había entendido que estaba siendo sarcástico, le gusta molestarlo y lo mejor es que era recíproco.

(...)

Al llegar a la casa, Funshine abrió la puerta y se hizo a un lado para dejar pasar a Grumpy.

— Pase.

— ¿Entonces no están tus papás? — Dejo su mochila en el sofá de la sala.

— Nop. Mamá trabaja y papá... igual.

— ¿Sabes como hacer un pastel? — Entró a la cocina con confianza.

Funshine no dijo nada durante unos segundos y saco su celular. — ¡Para eso tenemos YouTube! — Puso un vídeo y se fue a sacar lo necesario.

— Si se quema la casa diré que tu fuiste el culpable. — Veía el video que había pues Funshine.

— Se más positivo, lindo. — Grumpy guardo silencio mientras sus mejillas enrojecian.

— Cuatrocientos gramos de harina de repostería, cuatro huevos... — Alistó Grumpy.

(...)

— Quedó bien. Me gusta. — Miro el pastel y después a Grumpy, que se encontraba manchado de harina. — Pero me gustas más tú. — Sonrió y se dio la vuelta para ir por unos platos.

Grumpy se quedó mirando el pastel. Por una parte quería decir que parara, pero realmente no sabía si quería eso.

— Me queme. — Grumpy mostró su dedo.

— Lo sé, ya voy. — Llevo un hielo y lo mantuvo en la quemadura del de cabello azul.

— No te portaste tan raro como otras veces.

— La cita salió bien entonces. — Sonrió con orgullo.

— Me arrepiento. — Probó el pastel e hizo una mueca al sentirlo demasiado dulce.

— Sí... Resulta que no me di cuenta cuando le echaste azúcar y le volvi a echar.

𝙊 𝙎𝙤𝙡 𝙚 𝙖 𝙇𝙪𝙣𝙖 - 𝘍𝘶𝘯𝘴𝘩𝘪𝘯𝘦 𝘹 𝘎𝘳𝘶𝘮𝘱𝘺Where stories live. Discover now